El desfile militar en pleno cumpleaños de Trump y protestas: ¿El más caro de la historia?

Washington vive una jornada de tensión y espectáculo este sábado 14 de junio: mientras el presidente Donald Trump celebra su cumpleaños número 79 con un majestuoso desfile militar —el más grande en la capital estadounidense desde 1991— miles de ciudadanos se movilizan en otras partes en una protesta nacional bajo el lema "Día sin Reyes", en rechazo a su agenda migratoria y uso político del Ejército.

El evento coincide con el 250º aniversario del Ejército de Estados Unidos y se espera que tenga un costo de entre 25 y 45 millones de dólares. Participan más de 6,700 soldados, tanques Abrams, vehículos de combate Bradley, helicópteros Apache, Chinook y Black Hawk, así como aeronaves históricas como los P-51 Mustang. El desfile se extenderá por puntos emblemáticos como la Casa Blanca, el Capitolio y el Monumento a Lincoln.

De Bastilla a Washington: el desfile que Trump soñó

La inspiración para este acto tiene raíces en 2017, cuando Trump asistió como invitado al desfile del Día de la Bastilla en Francia, invitado por Emmanuel Macron. A su regreso, prometió realizar un espectáculo aún más grande: “Fue uno de los desfiles más grandiosos que he visto. Vamos a tener que intentar superarlo”, dijo entonces.

Ocho años después, ese sueño se concreta. Además del componente simbólico por su cumpleaños y el aniversario del Ejército, el evento se presenta como una demostración de fuerza en medio de crecientes tensiones políticas internas y un escenario internacional marcado por la escalada del conflicto en Medio Oriente entre Israel e Irán.

Protestas masivas y clima adverso

El desfile se realiza en paralelo a la mayor jornada de resistencia contra Trump desde que volvió a la Casa Blanca. En más de 2 mil ciudades se organizan protestas en el marco del “Día Nacional de Desafío sin Reyes”, con manifestaciones encabezadas por grupos civiles que acusan al exmandatario de instrumentalizar al Ejército para fines políticos.

Ezra Levin, uno de los organizadores, señaló: “La gente ve esta extralimitación de Trump y dice: 'No me gusta, ¿qué puedo hacer?'”. La convocatoria de protesta afirma: “Trump quiere tanques en las calles y un espectáculo televisivo de dominación para su cumpleaños. Pero el verdadero poder se alza en todas partes”.

Además, el mal clima amenaza con interrumpir el espectáculo: hay 65 % de probabilidad de lluvia, aunque Trump ya advirtió que el desfile ocurrirá “llueva, truene o relampaguee”.

El Ejército y el simbolismo: ¿celebración o propaganda?

El desfile fue designado como Evento Nacional Especial de Seguridad, al nivel de una toma de posesión presidencial. El Ejército colocó placas de acero y orugas de goma en los tanques para evitar daños en las calles de Washington.

La jornada comenzará con una ceremonia de ofrenda floral en el Cementerio Nacional de Arlington y culminará con un salto en paracaídas de los Golden Knights y fuegos artificiales. El presidente también recibirá una bandera estadounidense como símbolo del acto.

“Tenemos los mejores misiles, tanques y submarinos del mundo, y lo vamos a celebrar”, declaró Trump. Pero no todos comparten su entusiasmo: una encuesta de AP-NORC reveló que seis de cada diez estadounidenses consideran que el desfile no es un buen uso del dinero público.

Críticas académicas y advertencias sobre el militarismo

Peter Loge, director de la Escuela de Medios de la Universidad George Washington, criticó el simbolismo del desfile: “Fuimos fundados por comerciantes y agricultores cansados de ejércitos permanentes. Siempre hemos rechazado los desfiles como los de Rusia o Corea del Norte. Nosotros creemos en la democracia, no en demostraciones de fuerza”.

Aunque la Casa Blanca insiste en que se trata de una conmemoración institucional, varios analistas advierten que el desfile busca reforzar la imagen de Trump como comandante en jefe en un momento de incertidumbre nacional e internacional.

Una institución en transformación

Fundado en 1775, el Ejército estadounidense ha estado presente en conflictos clave como la Segunda Guerra Mundial, Vietnam, Irak y Afganistán, además de misiones humanitarias. Sin embargo, su imagen pública ha comenzado a cambiar.

Hoy, con 450 mil soldados activos, el Ejército aún es una de las instituciones más respetadas del país, pero su popularidad ha disminuido desde la retirada de Afganistán. Según encuestas, tiene una aprobación del 64 % entre personas blancas, 60 % entre asiáticas, 58 % entre afroamericanas y apenas 53 % entre latinas. Esta caída ha complicado los esfuerzos de reclutamiento en años recientes.

El desfile más grande desde la Guerra del Golfo

Este será el mayor desfile militar en Washington desde 1991, cuando se celebró la victoria en la Primera Guerra del Golfo. La última ocasión comparable fue en 1949, durante la toma de posesión de Dwight D. Eisenhower.

Mientras Trump busca proyectar fuerza, miles de estadounidenses alzan la voz para recordarle que el verdadero poder no se mide con tanques. Se mide con la resistencia.

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