Elon Musk, Donald Trump y el monopolio de la narrativa en la era digital ¿Qué hay detrás de su poder?

Metzli Escalante 6 febrero, 2025

La élite tecnológica y su obsesión por el control de la información

 ©Realización propia con imágenes de EFE y Canva. - Elon Musk, Donald Trump y X.

En el siglo XXI, el poder ya no se mide solo en riqueza o recursos físicos, sino en la capacidad de controlar la narrativa global. Figuras como Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg (los tres hombres más ricos del mundo en ese orden, según Forbes) han dejado de ser simples empresarios para convertirse en arquitectos de la información, moldeando la percepción pública a través de sus plataformas tecnológicas.

El 20 de enero de 2025, durante la investidura de Donald Trump, la presencia de Musk, Bezos, Zuckerberg y Shou Zi Chew (CEO de TikTok) dejó en evidencia la creciente alianza entre el poder político y los titanes tecnológicos. Este encuentro plantea una pregunta crucial:

¿Quién realmente gobierna Estados Unidos: el gobierno electo o la élite tecnológica?

Silicon Valley y su influencia en la política estadounidense

Silicon Valley es una región en el norte de California, Estados Unidos, que se caracteriza por ser el centro de innovación y emprendimiento tecnológico más importante del mundo. Es sede de empresas como Google, Apple, Adobe, Facebook, Tesla, Microsoft, Intel, Amazon y Meta.

Históricamente, la tecnología ha desempeñado un papel clave en la política. Desde la computación de IBM durante la Guerra Fría, hasta las alianzas de Amazon Web Services con agencias gubernamentales, las grandes corporaciones han moldeado la seguridad nacional y la economía de EE.UU.

Hoy, esta influencia ha evolucionado hacia un dominio total sobre la información, donde las redes sociales y los medios digitales se han convertido en el nuevo campo de batalla ideológico.

Los grandes empresarios tecnológicos han comprendido que el control del discurso público es más valioso que el control del mercado.

Elon Musk: el titiritero digital

Desde que Elon Musk compró Twitter (ahora X), la plataforma ha experimentado cambios en su algoritmo que favorecen ciertas narrativas. Bajo el pretexto de la "libertad de expresión", Musk ha utilizado la red social para:

  • Promover sus propias agendas (SpaceX, Tesla, inteligencia artificial).

  • Minimizar críticas hacia sus negocios y decisiones.

  • Moldear conversaciones políticas y económicas.

La relevancia de X en la formación de la opinión pública es innegable. Un estudio de la Universidad de La Sabana (Colombia) reveló que el 75 % de los periodistas usan X como fuente de información inmediata, lo que le otorga a Musk una influencia desproporcionada en los medios tradicionales.

¿Casualidad? No lo parece.

Jeff Bezos: el magnate con un megáfono global

Mientras Musk domina las redes sociales, Jeff Bezos controla el comercio, la nube y los medios tradicionales. Con Amazon Web Services (AWS), ha consolidado alianzas con el gobierno, proporcionando infraestructura para proyectos de seguridad nacional.

Además, su propiedad del Washington Post le permite:

  • Posicionar su visión empresarial como una necesidad global.

  • Influir en la percepción pública sobre sus proyectos tecnológicos y espaciales (Blue Origin).

  • Desviar la atención de controversias en Amazon, como condiciones laborales o evasión fiscal.

Los medios de comunicación han dejado de ser solo informativos; ahora son herramientas de manipulación estratégica.

Trump, TikTok y el restablecimiento con Shou Zi Chew

Una de las mayores sorpresas en la investidura de Trump fue la presencia de Shou Zi Chew, CEO de TikTok. Solo un día antes, Trump anunció el restablecimiento de la app en EE.UU., tras meses de tensiones con ByteDance.

Este movimiento no solo evitó una pérdida económica para el país, sino que también aseguró a Trump un canal de comunicación directo con las nuevas generaciones. Con más de 170 millones de usuarios en EE.UU., TikTok se convierte en un activo estratégico para el discurso político.

Ahora, el presidente quiere crear un "fondo soberano" para la adquisición de la plataforma. ¿Trump y Chew sellaron un pacto para controlar la narrativa digital?

Elon Musk y el polémico gesto en la investidura

Una de las imágenes más virales tras la toma de posesión de Trump fue la de Elon Musk levantando su brazo derecho, en un gesto que algunos compararon con el saludo nazi.

Musk desestimó la polémica en X, la red social que él mismo controla. Este incidente generó la pregunta: ¿Qué sucede cuando un multimillonario dueño de una red social decide qué es noticia y qué no lo es?

Elon Musk y Donald Trump entienden a la perfección el juego mediático, lo que les permite manipular titulares y desviar la atención a su favor, perfeccionado el arte del gaslighting.

Elon Musk, Jeff Bezos y la era de la posverdad

La posverdad ha convertido la percepción en un activo más valioso que la realidad. Los titanes tecnológicos han aprendido que el control de la narrativa global es el nuevo petróleo.

  • Musk posiciona a SpaceX como la única esperanza para la humanidad.

  • Bezos vende su monopolio como innovación necesaria.

  • Zuckerberg manipula el flujo de información en redes.

Este modelo no solo genera polarización y desinformación, sino que concentra el poder en manos de unos pocos, desplazando a los gobiernos como los verdaderos reguladores del mundo.

¿Estamos ante la consolidación de una dictadura tecnológica?

SpaceX y el plan de Trump para Marte: ¿sueño espacial o estrategia de poder?

Durante su primer mandato, Trump impulsó el programa Artemis para establecer una base en la Luna y preparar la colonización de Marte.

SpaceX, con su nave Starship, se convirtió en el socio clave de este plan, asegurando contratos multimillonarios con la NASA.

Trump veía la exploración espacial como un símbolo de liderazgo global, mientras que Musk tenía en mente la expansión de su imperio tecnológico.

Al final, ambos compartían el mismo objetivo: consolidar el dominio de EE.UU. en el espacio y garantizar que los intereses privados de Silicon Valley estuvieran alineados con la agenda gubernamental.

¿Quién controla el futuro?

La combinación de tecnología, política y desinformación está configurando un nuevo orden mundial, donde la narrativa es más poderosa que la realidad.

Al final, lo que está en juego no es solo la exploración espacial o la tecnología. Es el control sobre cómo entendemos el mundo y quién decide las prioridades globales.

Mientras Musk y Bezos se presentan como visionarios, la realidad es que su influencia amenaza con concentrar aún más poder en un puñado de manos, dejando a las democracias y a la sociedad civil luchando por recuperar un espacio en el debate público.

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