Estados Unidos produce nueva bomba nuclear 24 veces más potente que la de Hiroshima

Mabel González 29 mayo, 2025

Advierten riesgo de una nueva carrera armamentística y la posibilidad de una guerra nuclear en el siglo XXI

 ©Especial - Bomba nuclear B61-13

Estados Unidos ha completado la primera bomba nuclear B61-13, una versión modernizada de la histórica familia B61, con una potencia explosiva 24 veces superior a la de Hiroshima. El proyecto, anunciado por el Departamento de Defensa en octubre de 2023, fue desarrollado en tiempo récord: la primera unidad se terminó en mayo de 2025, casi un año antes de lo previsto, según la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA).

El programa ha sido liderado por Sandia National Laboratories y la planta Pantex en Texas, con apoyo de la Fuerza Aérea, en un esfuerzo por fortalecer la disuasión estratégica de EE. UU. en un entorno global cada vez más tenso. La B61-13 es una bomba nuclear de gravedad que reemplazará a modelos más antiguos, como la B61-7, pero sin aumentar el número total de armas en el arsenal estadounidense.

Aunque Estados Unidos no planea desplegarla fuera de su territorio, esta arma será transportada exclusivamente por bombarderos estratégicos, inicialmente el B-2 Spirit y, a partir de 2030, el B-21 Raider. La bomba es capaz de penetrar en el suelo y explotar bajo tierra, diseñada específicamente para atacar objetivos militares reforzados, búnkeres y centros de comando, ampliando las opciones tácticas de EE. UU. frente a potenciales adversarios como Rusia y China.

Una amenaza nuclear renovada

El rendimiento de la B61-13 alcanza los 360 kilotones, una cifra 14 veces superior a la de Nagasaki y una de las más altas en la historia del arsenal estadounidense. Aunque la NNSA asegura que la modernización busca "garantizar la disuasión y la seguridad nacional", expertos en seguridad nuclear, como la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS), han expresado preocupación.

Señalan que la decisión de crear esta bomba es más política que estratégica, aumentando los riesgos de proliferación nuclear y desviando recursos públicos que podrían destinarse a salud, educación o servicios sociales.

El proyecto B61-13 es parte de un plan más amplio de modernización del arsenal nuclear de EE. UU., que incluye otros seis programas de ojivas. Además, coincide con la controversia generada por el proyecto de defensa antimisiles "Cúpula Dorada", impulsado por Donald Trump, que busca crear un sistema integral de defensa nuclear y espacial, pero que ha sido criticado por fomentar la militarización del espacio y desestabilizar el equilibrio estratégico global.

La acelerada producción de la B61-13, lograda gracias a procesos industriales innovadores y a la experiencia previa del B61-12, ha permitido iniciar la fabricación en masa desde julio de 2025, con 50 bombas previstas.

La decisión de avanzar en este programa refleja la presión por mantener la hegemonía nuclear de EE. UU. ante la modernización armamentística de potencias como Rusia y China. Sin embargo, la comunidad internacional advierte sobre el riesgo de una nueva carrera armamentística y la posibilidad de una guerra nuclear en el siglo XXI.

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