Los horrores de Guantánamo: de prisión para terroristas hasta un lugar para recluir migrantes
La prisión ha sido símbolo de brutalidad y torturas
No fue gratuito que el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canell, calificara de “acto de brutalidad” el posible envío de migrantes a la prisión de Guantánamo, la cual se ubica en una base naval estadounidense en la isla, y ha sido durante más de dos décadas un símbolo de controversia y violaciones a los derechos humanos. Y es que el trato que se les está dando a los deportados de por sí ya es calificado de inhumano, pues los esposan de manos y pies cual peligrosos criminales y llevarlos a este sitio sería reafirmar que lo son.
Si bien algunos de los indocumentados sacados de EE.UU. presuntamente tienen historial criminal, también se ha dicho que “agarran parejo”. Además, la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que todas las personas que cruzan sus fronteras de manera ilegal “son criminales”, por lo que “los van a perseguir”. Aunado a ello, algunos legisladores se refieren a las redadas u operativos como acciones que “sacan la basura de las calles”. Por ello pensar en enviarlos a Guantánamo resulta ofensivo para aquellos que son expulsados.
Historia de Guantánamo
Inaugurada en 2002 como parte de la “guerra contra el terrorismo” iniciada tras los ataques del 11 de septiembre, Guantánamo se ha convertido en el escenario de torturas, detenciones arbitrarias y una flagrante ausencia de justicia para muchos de sus prisioneros.
Desde su apertura, Guantánamo ha sido criticada por su opacidad y las condiciones inhumanas en las que se encuentran los detenidos. A pesar de que la administración de George W. Bush justificó su existencia como un centro para interrogar a presuntos terroristas y evitar futuros ataques, las acusaciones de abusos en el lugar no han cesado.
Torturas y abusos: un legado oscuro
Los informes de tortura y trato cruel hacia los prisioneros en Guantánamo son abundantes. En 2004, un informe de Human Rights Watch documentó diversas técnicas de tortura como el waterboarding (simulación de ahogamiento), privación sensorial, humillaciones sexuales, golpizas y confinamiento en celdas de aislamiento. Estas prácticas fueron realizadas en nombre de la obtención de información relacionada con amenazas terroristas, pero la comunidad internacional las ha condenado como violaciones flagrantes de los derechos humanos y de las convenciones internacionales.
El caso de Mohamedou Ould Slahi, un prisionero de Guantánamo, es uno de los ejemplos más emblemáticos de abuso. Slahi fue detenido en 2001 en Mauritania y llevado a Guantánamo, donde estuvo 14 años sin ser acusado formalmente de ningún crimen. Durante su detención, fue sometido a una brutal serie de torturas físicas y psicológicas. Su testimonio, recopilado en el libro Guantánamo Diary, revela las extremas condiciones a las que fue sometido, poniendo en evidencia un sistema diseñado no para procurar justicia, sino para infligir sufrimiento.
Detenciones arbitrarias y la ausencia de justicia
Uno de los mayores problemas de Guantánamo es la detención indefinida de prisioneros sin juicio. Muchos de los detenidos en la prisión no fueron acusados de delitos específicos ni se les dio la oportunidad de defenderse en un tribunal. Esto se ha convertido en una violación a las garantías fundamentales del derecho internacional, que establece que toda persona tiene derecho a un juicio justo y a ser informada de los cargos en su contra.
A pesar de los esfuerzos de diversas organizaciones de derechos humanos y de la sociedad civil, el gobierno de Estados Unidos ha mantenido su postura de que los prisioneros de Guantánamo deben ser tratados como combatientes enemigos, lo que les ha permitido evadir la justicia y mantenerse bajo la custodia estadounidense sin debido proceso legal.
Impacto en las familias y la comunidad internacional
Las familias de los prisioneros de Guantánamo han sufrido una profunda angustia al no saber el paradero de sus seres queridos durante años. Muchas de ellas, incluso tras la liberación de algunos detenidos, no han recibido explicaciones claras sobre las razones de sus arrestos ni sobre las condiciones que enfrentaron.
Además, la prisión de Guantánamo ha tenido un impacto negativo en la imagen de Estados Unidos a nivel internacional. Países y organizaciones de derechos humanos han expresado su condena y preocupación por la falta de transparencia y el incumplimiento de las leyes internacionales que protegen a los prisioneros de la tortura y las detenciones arbitrarias.
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