Rompiendo el silencio: ¿cómo prevenir el suicidio y salvar miles de vidas?
El 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que busca derribar el estigma, crear conciencia y poner manos a la obra
Entender por qué una persona decide quitarse la vida es algo muy difícil, principalmente porque no se habla de ello, pues el suicidio es un tema tabú, sobre el que hay muchos estigmas, los cuales limitan que se hagan avances sobre esta problemátia que cada año cobra la vida de miles de personas y por el que organizaciones mundiales hacen esfuerzos por visibilizar y prevenir.
Siendo un problema de salud mental y social, el suicidio como fenómeno complejo puede afectar a cualquier individuo, sin distinción de edad, género o condición socioeconómica. Según la Organización Mundial de la Salud, el suicidio se ubicó como la cuarta causa de muerte en personas de 15 a 19 años a nivel mundial. En este contexto, la prevención del suicidio dirigida a jóvenes adquiere una importancia crítica.
Debido a ello surgió el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, celebrado anualmente el 10 de septiembre, el cual está organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El evento centra la atención en el tema, reduce el estigma y crea conciencia entre las organizaciones, el gobierno y el público, dando un mensaje singular de que el suicidio se puede prevenir.
Para este 2024 y hasta el 2026 el lema de esta importante fecha es: "Cambiar la narrativa", que tiene como objetivo derribar barreras, como el estigma, crear conciencia y crear una cultura de comprensión y apoyo para prevenir el suicidio. Todos, individuos, comunidades, organizaciones y gobiernos tienen un papel importante que desempeñar para cambiar la narrativa sobre el suicidio.
Las cifras del suicidio
Actualmente se producen más de 700,000 suicidios al año en todo el mundo. Entre 2000 y 2019, la tasa de suicidio estandarizada por edad en la Región de las Américas aumentó en un 17%. América del Norte es donde más suicidios se reportan.
México tuvo en el año del 2022, un total de 8,237 defunciones por suicidio. En el grupo etario de 25 a 34 años se presentaron 2,271 suicidios, mientras que en el grupo de 15 a 24 años le siguió con un total de 2,006 suicidios. Finalmente en los menores de 15 años ocurrieron un total de 232 suicidios, con un incremento importante en la población adolescente de 10-14, presentándose más en niñas.
Debe entenderse que el suicidio no es lineal, es un fenómeno es multifactorial, qunuqe si se han identidficado algunas causas frecuentes entre las que destacan:
El deseo de escapar de un sufrimiento intolerable.
Un estado de desmoralización y desesperanza que nubla la posibilidad de pensar de forma positiva en el futuro.
Tras una muerte o pérdida afectiva.
¿Cómo prevenir el suicidio?
La prevención del suicidio es un desafío complejo, pero hay diversas estrategias que pueden marcar una diferencia significativa en la reducción de riesgos y el apoyo a las personas en crisis. Aquí te presento algunos enfoques clave:
Fomentar el diálogo abierto y eliminar el estigma: Hablar sobre salud mental y suicidio de manera abierta y comprensiva ayuda a romper el tabú en torno al tema. Fomentar entornos donde las personas se sientan seguras para expresar sus emociones puede ayudar a identificar señales de riesgo.
Identificar señales de alerta: Es crucial reconocer las señales que pueden indicar que alguien está pensando en el suicidio. Estas incluyen: Hablar sobre querer morir o ser una carga para los demás. Aislarse de amigos y familiares. Cambios drásticos en el estado de ánimo. Conductas peligrosas o autodestructivas.
Buscar apoyo profesional: Los psicólogos, psiquiatras y consejeros especializados en salud mental pueden brindar terapias efectivas, como la terapia cognitivo-conductual (TCC) o la terapia dialéctico-conductual (TDC), para ayudar a quienes luchan con pensamientos suicidas.
Limitar el acceso a medios letales: Reducir el acceso a medios letales (como armas o medicamentos peligrosos) es una estrategia comprobada para prevenir el suicidio. Asegurarse de que estos elementos estén almacenados de forma segura puede disminuir las oportunidades de una acción impulsiva.
Fortalecer las redes de apoyo: Mantener una red sólida de amigos y familiares es clave. Sentirse acompañado y respaldado emocionalmente puede disuadir a alguien de actuar en momentos de desesperación. Escuchar sin juzgar es esencial.
Educación y concienciación: Capacitar a personas clave, como educadores, profesionales de la salud y líderes comunitarios, para que identifiquen señales y ofrezcan apoyo adecuado es vital. Programas de concienciación en escuelas y comunidades pueden crear entornos protectores.
Fomentar hábitos saludables: Promover el autocuidado, la actividad física, la buena alimentación y el sueño regular puede mejorar la salud mental y reducir el riesgo de pensamientos suicidas.
Líneas de emergencia y recursos: Proveer información sobre líneas de ayuda disponibles, como números de prevención del suicidio, ayuda a las personas en crisis a acceder a apoyo inmediato. En muchos países, hay líneas telefónicas, chats y recursos en línea disponibles 24/7.
Es importante recordar que las personas que tienen pensamientos suicidas no lo hacen para llamar la atención, se debe quitar la idea de quien se quiere suicidar “no lo anda anunciando” y que las personas que toman esa decisión no son cobardes ni valientes.