Emotivo homenaje a Fátima Ramos Herrera, víctima del ataque en Los Cantaritos

En un emotivo homenaje, la comunidad ciclista de Querétaro se reunió la noche del 13 de noviembre para recordar y despedir a Fátima Ramos Herrera, una de las diez víctimas del ataque en el bar Los Cantaritos, ubicado en el Centro Histórico de Querétaro. Fátima, de 25 años, perdió la vida en una masacre que ha sacudido profundamente a la sociedad queretana y que ha reavivado el reclamo por una vida libre de violencia en la región.

Fátima era una joven llena de sueños y proyectos. Recientemente había retomado sus estudios en Administración de Empresas y, al igual que su padre, José Luis Ramos, era una activista comprometida con la movilidad segura en Querétaro. Su padre, quien falleció en abril de este año, fue un defensor incansable del uso de la bicicleta y los espacios seguros para todos. Desde la asociación Libre a Bordo, promovía iniciativas para que las calles fueran un lugar de tránsito seguro para todos los ciudadanos. Inspirada por su legado, Fátima se sumó a esta causa y dedicó su tiempo y esfuerzo a fomentar una movilidad respetuosa y libre de riesgos.

La noche del ataque, Fátima había decidido salir para honrar la memoria de su padre, cuyo cumpleaños coincidía con ese día. Lo que sería un momento de distracción y de homenaje se convirtió en una tragedia que ha dejado una profunda herida en su familia, en sus amigos y en la comunidad ciclista de Querétaro.

El último adiós a Fátima Ramos

Con lágrimas en los ojos, sus compañeros de la agrupación ciclista Saca la Bici realizaron una rodada en su honor. Decenas de ciclistas recorrieron las calles en una muestra de respeto y solidaridad, recordando a Fátima y a su padre, José Luis, con aplausos, un minuto de silencio y el inconfundible sonido de sus bicicletas, que en esta ocasión pedaleaban en resistencia y memoria. Para sus compañeros, cada pedalazo representó un paso hacia la justicia y hacia un Querétaro más seguro.

“Hoy pedaleamos no solo en memoria de Fátima y José Luis, sino también de todas las personas víctimas de esta masacre que nos ha golpeado profundamente. Cada una de ellas tenía una historia, un futuro y una vida que fue injustamente arrebatada”, declararon los organizadores del evento, reiterando su compromiso por mantener vivo el legado de quienes soñaban con una ciudad donde las personas puedan transitar en paz y libres de miedo.

Fátima Ramos no solo heredó de su padre el amor por la bicicleta, sino también su compromiso por la movilidad segura. Amigos y familiares la recuerdan como una joven respetuosa y consciente de las reglas viales, quien jamás se saltaba un alto cuando iba en bicicleta. Su pérdida ha dejado una marca indeleble en todos aquellos que compartieron con ella la lucha por calles seguras.

Este homenaje no solo fue un acto de despedida, sino también un llamado a las autoridades para que hagan justicia y a la sociedad para que no olvide las vidas truncadas por la violencia. A medida que las bicicletas avanzaban por las calles de Querétaro, la comunidad ciclista reafirmó su promesa de seguir luchando por un espacio donde se respete el derecho a la vida y a la seguridad.

Fátima y José Luis ahora descansan en paz, pero su memoria perdura en el movimiento ciclista y en cada persona que seguirá luchando por el Querétaro con el que ambos soñaron. Hoy, sus compañeros de Saca la Bici y quienes compartieron con ellos la causa de la movilidad segura aseguran que seguirán pedaleando en su honor y por todos aquellos que merecen vivir sin miedo.

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