Moody’s cambia perspectiva de México a negativa: ¿Qué significa para la economía del país?
Ve riegos en solidez fiscal por reformas judiciales y cambios institucionales
La calificadora Moody’s ha modificado la perspectiva de la deuda soberana de México de estable a negativa, manteniendo su calificación en Baa2. Este ajuste se debe a riesgos fiscales y estructurales que, según la agencia, podrían limitar la capacidad del gobierno para enfrentar desafíos económicos, especialmente en un contexto de recientes reformas judiciales y cambios institucionales.
El cambio en la perspectiva se sustenta en preocupaciones sobre un marco institucional y de políticas que Moody’s considera debilitado, lo cual podría comprometer la estabilidad fiscal del país. Moody’s subraya que el aumento en el déficit fiscal, superior al 5 % del PIB en 2024, presenta un desafío para la reducción de la deuda en el mediano plazo, y proyecta que la deuda pública podría alcanzar el 50 % del PIB para 2028.
Además, la carga de intereses ha aumentado, del 10 % antes de la pandemia al 15 % en 2023, limitando la flexibilidad del gobierno para nuevos compromisos financieros y resaltando la dificultad de consolidar el gasto debido a los compromisos sociales como pensiones y apoyos económicos.
Reforma Judicial y la Confianza de Inversionistas
Moody’s advierte que la reciente reforma judicial podría afectar el sistema de controles y balances en México, con potenciales implicaciones para la confianza de los inversionistas. Este riesgo se vuelve aún más significativo en un contexto donde, en 2026, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) podría ser revisado, lo cual podría complicar las exportaciones y la relación comercial.
Pemex: un peso adicional para la deuda soberana
La situación financiera de Pemex es otro punto de preocupación. Moody’s estima que la carga financiera de la empresa estatal podría recaer parcialmente en el gobierno, incrementando la deuda soberana. Las dificultades de liquidez de Pemex son vistas como una posible fuente de presión para las finanzas públicas.
A pesar de los riesgos, Moody’s reafirma la calificación de Baa2, argumentando que la economía de México tiene fortalezas como su diversificación y la oportunidad de atraer inversiones a través del fenómeno del "nearshoring". La relocalización de empresas hacia México representa una oportunidad para la economía mexicana en los próximos años.