Mujeres embarazadas, las víctimas invisibilizadas de la explosión en Iztapalapa

Redacción 11 septiembre, 2025

Algunas de ellas se encuentran graves, de otras no se proporcionan novedades en los hospitales

 ©Especial - En redes sociales se ha viralizado la historia de diversas personas que fueron víctimas de la tragedia, entre ellas embarazadas.

El miércoles 10 de septiembre, la explosión de una pipa de gas en el Puente de La Concordia, en Iztapalapa, dejó un saldo devastador: 10 personas fallecidas, 90 heridas y 32 vehículos calcinados.

Las imágenes del siniestro recorrieron la Ciudad de México, pero tras las cifras frías emergen los rostros de quienes hoy luchan por su vida, entre ellos varias mujeres en estado de gestación.

Yanet, la joven que lucha por dos vidas

Entre las víctimas se encuentra Yanet Guerrero López, de apenas 22 años y con quemaduras en el 90% de su cuerpo. Su estado es crítico, según detalló Nación 321.

Tras ser rescatada, fue trasladada en un helicóptero Cóndor al Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) en el sur de la capital, donde médicos intentan salvarla.

La familia alcanzada por las llamas

Uriel Rosas González, junto a su esposa embarazada, su hijo y un sobrino, fue sorprendido por la explosión mientras transitaban por la zona. Aunque estaban a varios metros de la pipa que estalló, la onda expansiva y las llamas los alcanzaron.

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“Él iba con varios, con su esposa, su hijo y un sobrino, estaban a distancia de las pipas, pero los alcanzó la flama, la explosión”, contó un hermano de la víctima, según una declaración retomada por Excelsior.

La familia, originaria de la Colonia Renovación, en Iztapalapa, suele evitar esa zona, pero el destino los llevó al lugar equivocado en el peor momento.

Por su parte, Elpidia González relató que la esposa de su nieto, Guadalupe, con cinco meses de embarazo, resultó gravemente herida: “Se llama Guadalupe, han dicho que está muy grave”.

Más allá de las cifras, los rostros de la tragedia

El siniestro ocurrido en el oriente de la Ciudad de México no solo dejó autos quemados y calles devastadas, también arrebató la tranquilidad de decenas de familias. Las historias de mujeres embarazadas heridas se vuelven el símbolo de lo que pocas veces se menciona: la fragilidad de la vida que aun no ve la luz del día.

Estas historias, invisibilizadas entre balances oficiales, nos recuerdan que detrás de cada número hay nombres, familias y futuros en suspenso.

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