"Si no me caso con vos, me hago cura": La promesa que el Papa Francisco le hizo al gran amor de su vida
Previo a convertirse en la cabeza del Vaticano, el pontífice estuvo muy enamorado
Los amores de la juventud suelen ser los más intensos, memorables y románticos en la vida de las personas, quienes a medida que van madurando aprenden a amar de una manera más responsable y mesurada. Aunque, en algunos casos, estas historias cambian el destino de los individuos, tal y como ocurrió con el fallecido Papa Francisco, quien, previo a consagrar su vida a Dios, tuvo una novia a la que quiso con todo el corazón.
Fue tal la devoción que el Papa Francisco le llegó a profesar a su primer y único amor que, le prometió que si no se casaba con ella, se convertiría en cura, algo que cumplió a cabalidad sin imaginar que, tras años de trayectoria eclesiástica, sería elegido como el primer Papa latinoamericano.
Esta historia fue dada a conocer por Amalia Damonte, quien fue vecina y amiga de la infancia de Su Santidad cuando ambos radicaban en Buenos Aires. El relato fue plasmado en los medios argentinos cuando Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa.
De acuerdo con Damonte, presunto primer amor del Papa Francisco, ambos compartieron una infancia humilde, en la que los juegos en la calle y el apego a la familia eran el pan de cada día. Aunque fue precisamente el núcleo familiar el que los llevó a distanciarse.
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¿Por qué el Papa Francisco no se casó con Amelia Damonte?
Siguiendo con lo relatado por Amelia Damonte a la prensa argentina en 2013, el Papa Francisco solo tenía 12 años de edad cuando le mandó una emotiva carta en la que le describió cómo le construiría una casa cuando unieran sus vidas en sagrado matrimonio, algo que nunca sucedió debido a que los padres de ella desaprobaban su noviazgo juvenil.
De hecho, todo se vino abajo cuando la mamá del gran amor del Papa Francisco la sorprendió con la enunciada carta, algo que compartió con su esposo, quien reprimió fuertemente a la entonces jovencita por atreverse a mantener este tipo de comunicaciones con su entonces vecino.
Así, un Jorge Mario Bergoglio pequeño y enamorado le dijo a Amelia Damonte: "Si no puedo casarme contigo, me haré sacerdote", promesa que cumplió y que años después lo llevaría a quedar al frente de la Iglesia Católica.
Por ello, Amelia recordó en tono humorístico como este distanciamiento romántico, que en su momento le provocó tristeza a ambos, ayudó a que su amor de infancia encontrara su camino enlistándose en las filas sacerdotales.
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