Exestrella de los Kansas City Chiefs mató a su esposa; sus hijos exigen que lo ingresen al Salón de la Fama
Jim Tyrer fue una estrella de la NFL, pero los sucesos de 1980 marcaron su legado

El exjugador de los Kansas City Chiefs, Jim Tyrer, cuya carrera lo perfilaba como un candidato casi seguro al Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional, quedó fuera de la selección final de este año. Su historia, marcada por el trágico asesinato de su esposa y su posterior suicidio en 1980, sigue generando debate en el mundo deportivo.
Tras más de 40 años fuera de consideración, Tyrer volvió a ser nominado para ingresar a Canton, Ohio, gracias a nuevas evidencias que sugieren que pudo haber sufrido daños cerebrales relacionados con el fútbol americano, una condición apenas reconocida en aquella época. Sin embargo, a pesar de sus logros deportivos, los votantes del Salón de la Fama decidieron no incluirlo.
Su hijo, Brad Tyrer, expresó su desilusión ante la decisión, argumentando que el hombre que cometió el crimen "no era nuestro padre". Para él y sus hermanos, la exclusión de su padre es injusta, pues las reglas del Salón de la Fama establecen que solo el desempeño en el campo de juego debe ser considerado al momento de evaluar a un candidato.
Jim Tyrer fue una pieza clave de los Chiefs en los años 60 y 70, destacando como tackle izquierdo y protegiendo al legendario mariscal de campo Len Dawson. Disputó 180 partidos consecutivos, fue seleccionado nueve veces al Pro Bowl y forma parte del Salón de la Fama de los Chiefs. Sin embargo, su legado quedó marcado por los sucesos de septiembre de 1980, cuando asesinó a su esposa antes de quitarse la vida.

El proceso de selección para el Salón de la Fama ha sido cuestionado por la familia Tyrer, que argumenta que algunos votantes han considerado factores extradeportivos a pesar de que el reglamento indica lo contrario. "Estamos decepcionados porque creemos que él lo merecía", afirmó Jason Tyrer, otro de sus hijos.
¿Qué es la Encefalopatía Traumática Crónica y qué estrellas de la NFL lo sufrieron?
La encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés) es una enfermedad cerebral degenerativa asociada a golpes repetitivos en la cabeza, un problema que afecta de manera particular a jugadores de fútbol americano. Recientes estudios han revelado que un tercio de los exjugadores de la NFL cree sufrir esta condición, lo que ha encendido las alarmas sobre los efectos a largo plazo de este deporte de contacto.
¿Qué es la CTE?
La CTE es un trastorno neurológico progresivo que se desarrolla tras exposiciones reiteradas a traumatismos craneales. Se ha detectado en atletas de diversas disciplinas, pero es particularmente común entre los jugadores de fútbol americano debido a la naturaleza del juego. Sus síntomas incluyen pérdida de memoria, depresión, cambios de personalidad, confusión y tendencias suicidas.
Uno de los principales desafíos con esta enfermedad es que solo puede ser diagnosticada post-mortem mediante un análisis del tejido cerebral. No obstante, investigaciones recientes sugieren que muchos exjugadores que experimentan estos síntomas podrían estar padeciendo la enfermedad sin confirmación médica.

Estrellas de la NFL afectadas
A lo largo de los años, varias figuras icónicas de la NFL han sido diagnosticadas con CTE tras su fallecimiento, lo que ha generado un debate sobre la seguridad en el deporte.
Junior Seau: El legendario linebacker de los San Diego Chargers se quitó la vida en 2012 disparándose en el pecho, lo que permitió que su cerebro fuera analizado. Posteriormente, se confirmó que sufría de CTE.
Aaron Hernandez: El exjugador de los New England Patriots, quien falleció por suicidio en 2017 mientras cumplía una condena en prisión, presentó uno de los casos más severos de CTE registrados en una persona de su edad.
Dave Duerson: Exjugador de los Chicago Bears, también se disparó en el pecho en 2011 y dejó una nota pidiendo que su cerebro fuera analizado. Los estudios confirmaron la presencia de CTE.
Frank Gifford: El exjugador y comentarista fue diagnosticado con la enfermedad tras su fallecimiento en 2015, lo que llevó a su familia a involucrarse activamente en la investigación sobre los impactos de la CTE en los deportistas.
Según un estudio de la Universidad de Harvard publicado en la revista JAMA Neurology, 681 de los 1,980 exjugadores encuestados afirmaron creer que padecen CTE. Además, 230 reportaron haber tenido pensamientos suicidas y 176 informaron haber sido diagnosticados con algún tipo de demencia.
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