"A su lado, Goebbels era un monaguillo": Stephen Miller, el ideólogo tras las redadas masivas en EE.UU.

Stephen Miller, subdirector de políticas y asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, ha vuelto a ocupar el centro del escenario político tras las protestas en Los Ángeles contra las redadas migratorias ordenadas por la Casa Blanca. Su rol como arquitecto de la agenda antiinmigrante del gobierno ha encendido las alarmas de activistas y organizaciones pro derechos humanos.

“El pueblo estadounidense votó por deportaciones masivas”, escribió Miller en su cuenta de X este miércoles. “Insurrectos violentos y los políticos que los apoyan están intentando anular los resultados de la elección”, agregó, en referencia a las manifestaciones que sacudieron California durante cinco días.

Con 39 años y una influencia creciente en el segundo mandato de Trump, Miller ha sido señalado como el cerebro detrás de medidas radicales como la eliminación de la ciudadanía por nacimiento, la reactivación del Título 42, y la declaración de emergencia nacional en la frontera. Su estrategia, basada en una avalancha de decretos ejecutivos, busca anular cualquier espacio de oposición legal o institucional.

Lo comparan con Goebbles

“Goebbels al lado de Miller era un monaguillo”, dijo a El País el expresidente de la diplomacia europea, Josep Borrell, en un acto en Barcelona. El comentario, que remite al ministro de propaganda nazi, ha generado controversia pero también refleja el nivel de alarma que despierta el asesor entre analistas internacionales.

Borrell no es el único que ha expresado preocupación. Organizaciones como la ACLU o el Southern Poverty Law Center lo acusan de promover una agenda “xenófoba, discriminatoria y contraria a los valores democráticos” de EE.UU.

En redes sociales, Miller ha intensificado su retórica:

“California es un Estado santuario. Eso significa que cada extranjero criminal arrestado por la policía local es liberado en la comunidad en lugar de ser entregado a ICE”, denunció.

También afirmó que “EE.UU. fue invadido por ilegales. Los demócratas ahora intentan revertir los resultados de la elección para continuar la invasión”.

Miller ha operado con un nivel de discreción que le permite implementar políticas de gran alcance sin pasar por el Departamento de Justicia, blindando legalmente las órdenes ejecutivas que diseña. Su cercanía con Trump y su lealtad absoluta lo han convertido en una figura inamovible en el círculo de poder del mandatario.

En su trayectoria destaca su papel en la campaña presidencial de 2016, donde fue autor de discursos con fuerte carga nacionalista. Durante el primer mandato de Trump, diseñó el veto migratorio a países musulmanes y la separación de familias en la frontera, políticas que generaron repudio internacional.

Además de su labor institucional, Miller fundó America First Legal, una organización de juristas conservadores que emprende litigios y campañas públicas contra instituciones que, a su juicio, promueven la inmigración ilegal.

También ha tejido relaciones con figuras influyentes como Elon Musk, que en los últimos meses ha adoptado posturas más duras sobre la inmigración.

Para los críticos, Stephen Miller representa un intento deliberado por desmantelar el sistema de acogida de EE.UU. y militarizar su frontera. Para sus defensores, es un estratega brillante que reclama el control del país frente a una supuesta invasión migratoria.

Sea como sea, su impacto ya se deja sentir en ciudades como Los Ángeles, donde las protestas por las nuevas redadas son solo el inicio de lo que promete ser una etapa de fuertes tensiones políticas, legales y sociales en la historia migratoria de Estados Unidos.

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