Con costo extra por niños y embarazadas: Así era el "safari humano" donde se pagaba por cazar personas

Elena Martínez 14 noviembre, 2025

La Fiscalía de Milán analiza la posible participación de ciudadanos italianos en presuntas “cacerías humanas”

 ©Redes sociales. - Los responsables podrían ser investigados.

La Fiscalía de Milán abrió una investigación sobre un grupo de ciudadanos italianos que, según nuevos indicios, habrían viajado a Bosnia durante la guerra de los Balcanes para participar en supuestas cacerías de civiles mientras Sarajevo permanecía sitiada. La pesquisa, encabezada por el fiscal Alessandro Gobbis, busca determinar si estos individuos pagaron sumas elevadas para ubicarse en zonas estratégicas y disparar contra habitantes indefensos entre 1992 y 1996.

Los hechos bajo revisión corresponden al periodo más crítico del conflicto, cuando Sarajevo estuvo sometida a 1.425 días de bombardeos y ataques de francotiradores. Las autoridades bosnias estiman que más de 10.000 personas murieron durante el cerco, considerado el asedio más prolongado contra una capital en la historia reciente.

La investigación italiana se activó tras la denuncia del fotógrafo y escritor Ezio Gavazzeni, quien dedicó cerca de dos años a recopilar testimonios y documentos que apuntan a la existencia de estos actos. Según su relato, expresado a la agencia EFE, lo que durante años se consideró un rumor de guerra podría haber tenido una base real. Gavazzeni trabaja junto a los abogados Nicola Brigida y Guido Salvini, este último un ex magistrado conocido por investigaciones de terrorismo y crímenes de Estado en Italia.

Testimonios y rutas utilizadas por los presuntos participantes

Los relatos reunidos por Gavazzeni y citados por la Fiscalía mencionan que los involucrados serían individuos provenientes de regiones del norte de Italia quienes, con recursos económicos suficientes, habrían pagado entre 80.000 y 100.000 euros actuales para acceder a zonas controladas por milicias serbobosnias.

Varios testimonios señalan que los viajes se realizaban mediante rutas que iniciaban en Trieste, continuaban hacia Belgrado y finalizaban en Pale, localidad cercana a Sarajevo desde donde operaban numerosos puntos de tiro contra la ciudad.

El expediente menciona perfiles específicos: un hombre de Turín, otro de Milán y un tercero de Trieste. Este último figura como un sujeto con amplia influencia local, experiencia en cacería y una fuerte afinidad por las armas, características que coinciden con la descripción del ex general bosnio Edin Subašić, quien habló sobre un tipo de “cazador” que buscaba experiencias extremas tras haber practicado todo tipo de safaris legales.

Subašić afirmó, en declaraciones previas a la cadena N1, que existían incluso listas de precios que asignaban distintas tarifas según el blanco elegido: adultos, mujeres, embarazadas y niños, estos últimos con un costo mayor según los testimonios recogidos.

Un elemento contundente proviene del ex bombero estadounidense John Jordan, quien trabajó como voluntario en Sarajevo y declaró ante el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia en 2007 haber visto extranjeros armados que no encajaban con los combatientes locales. Su testimonio ha sido solicitado ahora por la Fiscalía milanesa para incorporarlo formalmente al caso.

Posible conocimiento de agencias de inteligencia

El expediente también incluye referencias a comunicaciones entre los servicios secretos bosnios y el entonces servicio de inteligencia militar italiano, el SISMI. En 1994, según esa correspondencia, Bosnia informó a Italia sobre la supuesta llegada de europeos que pagaban por participar en disparos contra la población civil.

Una respuesta posterior señalaba que el “safari” habría sido identificado y detenido, aunque nunca se proporcionaron nombres, detenciones o reportes oficiales sobre los involucrados. La Fiscalía de Milán intenta ahora acceder a documentos del actual AISI, sucesor del SISMI, para verificar estas comunicaciones.

Un documental inició la investigación

El impulso final para la apertura del caso provino del documental “Sarajevo Safari” (2022), dirigido por el esloveno Miran Zupanič, que reunió testimonios de personas que aseguraron haber visto o conocido estas actividades. Tras su estreno, la entonces alcaldesa de Sarajevo, Benjamina Karić, presentó una denuncia en Bosnia-Herzegovina que derivó en una investigación local paralela.

Inspirado por el filme, Gavazzeni inició su propia pesquisa, lo que condujo a la presentación del expediente ante la Fiscalía italiana. El escritor expresó su aspiración de que al menos algunos de los presuntos participantes, hoy con edades que rondan entre los 65 y 82 años, puedan ser identificados y llevados ante la justicia.