Corea del Sur: exigen renuncia de Yoon Suk-yeol tras imposición de la ley marcial
El líder coreano es acusado de violar la Constitución y de una gestión errática y autoritaria
El clima político en Corea del Sur se torna cada vez más tenso luego de que el presidente Yoon Suk-yeol impusiera la ley marcial, una medida extrema que fue revocada pocas horas después. Este acto ha desencadenado una ola de críticas y una moción parlamentaria presentada por la oposición que busca su destitución inmediata.
El Partido Demócrata (PD), la principal fuerza opositora, junto con cinco formaciones políticas, presentó una moción en el Parlamento surcoreano este miércoles, acusando a Yoon de violar la Constitución. Este proceso podría llevar a la suspensión del ejercicio del poder del mandatario, quien ya enfrenta un panorama adverso al liderar un gobierno en minoría.
“La declaración de la ley marcial es una clara violación de la Constitución y un grave acto de rebelión”, afirmó el PD en una resolución oficial. La oposición considera que Yoon no cumplió con los requisitos legales para justificar tal medida, calificándola como una acción antidemocrática.
Mientras tanto, legisladores opositores y organizaciones civiles se congregaron frente a la Asamblea Nacional en Seúl para exigir la renuncia del mandatario. Estas manifestaciones reflejan la creciente inconformidad popular ante lo que consideran una gestión autoritaria y errática.
Contexto de la crisis
La breve imposición de la ley marcial por parte de Yoon Suk-yeol, sin precedentes en tiempos recientes de la democracia surcoreana, se dio en medio de un contexto político complejo. Aunque la medida fue revocada tras una reunión de emergencia con la Asamblea Nacional, su implementación inicial generó cuestionamientos sobre el respeto al Estado de derecho y el equilibrio de poderes en el país.
La moción de destitución marca un nuevo capítulo en la creciente disputa entre el gobierno y la oposición. De proceder, Yoon podría enfrentarse a un juicio político, dejando en evidencia la fragilidad de su administración y la división política en Corea del Sur.
La resolución de esta crisis definirá no solo el futuro inmediato del liderazgo del país, sino también la estabilidad política de una de las economías más importantes de Asia.