Elecciones en EU explicadas: ¿Por qué el candidato con más votos puede no ganar?
El sistema electoral en Estados Unidos es muy diferente al mexicano, aquí te explicamos cómo funciona
El sistema electoral en Estados Unidos es muy diferente al de México, ya que no se basa en el voto popular directo, sino en una votación indirecta que depende de los estados y sus electores.
¿Cómo funciona el sistema electoral en Estados Unidos?
Cada uno de los 50 estados cuenta con un número específico de electores en el Colegio Electoral, determinado por la suma de sus senadores y representantes en el Congreso, lo cual varía según la población y el tamaño de cada estado. En total, existen 538 votos electorales en juego, y para ganar la presidencia, un candidato necesita al menos 270 votos, más uno.
California tiene la mayor cantidad de votos, con 54 electores.
Estados pequeños como Wyoming, Alaska y Dakota del Norte, así como Washington DC, tienen solo tres electores cada uno.
Colegio Electoral: La clave del sistema de elección presidencial en EU
El Colegio Electoral está compuesto por 538 miembros que representan a cada estado. Para ganar, el candidato debe obtener más de la mitad, es decir, al menos 270 votos electorales. Los electores de cada estado generalmente asignan al candidato que gana la mayoría de votos en ese estado, aunque sea por un margen mínimo. Esto significa que un candidato podría ganar en votos populares, pero perder en votos electorales y, por lo tanto, no obtener la presidencia.
En contraste, en México, el presidente o presidenta se elige por voto popular directo, y quien obtiene más votos a nivel nacional gana automáticamente la elección.
¿Por qué el voto popular no siempre determina al ganador?
El sistema del Colegio Electoral da más peso a estados con menor población en comparación con un sistema de voto popular directo. Esto permite que un candidato concentre sus esfuerzos en ciertos estados clave para asegurar los 270 votos electorales necesarios, sin necesariamente ganar el voto popular a nivel nacional.
Este mecanismo electoral ha sido motivo de debate y es crucial para entender por qué en Estados Unidos el voto directo no define al ganador presidencial.