Irán anuncia venganza “duradera e “impredecible” en contra de EE.UU.

Luego del bombardeo de Estados Unidos contra tres instalaciones nucleares iraníes el pasado 21 de junio (Fordow, Natanz e Isfahán), Irán ha emitido una advertencia de venganza alimentada por su alto mando y difusión oficial en televisión nacional.

En un comunicado transmitido por cadenas estatales, el Comando Unificado Khatam al-Anbiya declaró que las Fuerzas Armadas iraníes decidirán “el momento, la naturaleza y la escala” de su respuesta, asegurando que el presidente Trump “empezó esta guerra, pero la acabaremos nosotros”. El mensaje insistió en que EE.UU. “sólo entiende el lenguaje de la fuerza”.

El ministro de Exteriores, Abbas Araqchi, refrendó la postura desde Estambul, anunciando que no habrá vuelta a la diplomacia hasta que Irán arremeta. Además, se supo que Araqchi viajó a Moscú para reunirse con Vladimir Putin, buscando consolidar el eje estratégico Teherán‑Moscú frente a la ofensiva de Washington e Israel. 

Mientras tanto, el líder supremo Ali Jameneí por televisión reiteró que la nación no se rendirá y que Estados Unidos sufrirá “consecuencias graves, lamentables e impredecibles”. Esta retórica se intensifica tras un primer contraataque iraní a Israel, lanzado el 13 de junio, con misiles y drones contra objetivos militares israelíes. 

El ataque estadounidense —la operación “Martillo de Medianoche”— empleó bombarderos B‑2 y misiles Tomahawk con potentes bombas MOP,  según el Pentágono devastó parte del programa nuclear iraní sin víctimas civiles..

La respuesta iraní se presenta envuelta en propaganda y una estrategia calculada. Desde Teherán, presentan su contraofensiva como una operación controlada, mientras buscan aliados, reforzando las alianzas internacionales antes de lanzarse a una venganza que podría marcar una escalada histórica en Oriente Medio

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