Iryna Zarutska estaba siendo asesinada y el VIDEO revela la pasividad de los testigos

Alejandra Jiménez 10 septiembre, 2025

La refugiada ucraniana Iryna Zarutska, de 23 años, fue asesinada a bordo de un tren en Charlotte, en un ataque que quedó registrado en video

 ©Especial - El caso ha desatado polémica no solo por la violencia del agresor, sino también por la inacción de los pasajeros, que no intentaron detenerlo.

Lo que debía ser un trayecto rutinario en el tren ligero de Charlotte se convirtió en una tragedia para Iryna Zarutska, una refugiada ucraniana de 23 años que había huido de la guerra para rehacer su vida en Estados Unidos. La joven trabajaba en una pizzería, estudiaba para convertirse en asistente veterinaria y se había ganado el cariño de su comunidad en Carolina del Norte.

La noche del ataque, Zarutska tomó asiento en un vagón casi vacío, sin imaginar que minutos después sería brutalmente asesinada por Decarlos Brown, un hombre con un largo historial criminal y problemas de salud mental.

El ataque y la pasividad de los testigos

El video de seguridad del tren, difundido días después, mostró cómo Brown sacó un cuchillo de su ropa y, tras unos instantes de aparente calma, se inclinó por encima del asiento para apuñalar a la joven en el cuello. Zarutska intentó cubrirse con las manos, pero cayó al suelo gravemente herida.

Lo que más indignación ha generado es que, pese a estar rodeada de pasajeros, nadie intervino para detener al agresor. Los testigos permanecieron inmóviles durante el ataque y solo se acercaron después para auxiliar a la víctima, cuando ya era demasiado tarde.

Un caso que reaviva el debate sobre seguridad

El asesinato ha provocado una ola de cuestionamientos en Estados Unidos sobre la seguridad en el transporte público y la inacción ciudadana ante la violencia. Políticos conservadores, incluido el presidente Donald Trump, aprovecharon el caso para criticar lo que consideran un “colapso del orden” en ciudades gobernadas por demócratas.

Por su parte, la familia de Brown y la alcaldesa de Charlotte señalaron fallas del sistema judicial y de salud mental, que permitieron que un hombre con antecedentes de violencia y esquizofrenia grave estuviera en libertad.

Una vida truncada

Zarutska había dejado Ucrania en 2022 junto a su familia, buscando un lugar seguro lejos de los bombardeos. En Carolina del Norte había comenzado una nueva etapa: asistía al Rowan-Cabarrus Community College, trabajaba en el sur de Charlotte y soñaba con una carrera en el cuidado animal.

Hoy, su historia se convirtió en símbolo de una doble tragedia: la de una joven que huyó de la guerra para encontrar la muerte en el país que consideraba su refugio, y la de una sociedad en la que, aun frente al horror, nadie se atrevió a intervenir.

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