¿Qué es la insuficiencia venosa crónica? La enfermedad que padece Donald Trump
El diagnostico fue compartido por la oficina de prensa de la Casa Blanca

La oficina de prensa de Estados Unidos confirmó este jueves 17 de julio que el presidente Donald Trump fue diagnosticado con insuficiencia venosa crónica, una condición que se detectó después de notar hinchazón en sus piernas. La información se compartió de forma oficial para evitar rumores y especulaciones sobre su estado físico.
Este diagnóstico se confirmó luego de que Trump mencionara molestias en las pantorrillas. Tras acudir al médico de la Casa Blanca, se le realizaron estudios especializados, incluyendo análisis vasculares. Las pruebas mostraron que padece insuficiencia venosa crónica, un problema que afecta el retorno de la sangre desde las piernas hacia el corazón.
De acuerdo con la Escuela de Medicina de Stanford, esto ocurre cuando las válvulas de las venas, que normalmente evitan que la sangre fluya en dirección contraria, dejan de funcionar bien. Como resultado, la sangre puede acumularse en las piernas, causando síntomas molestos como dolor, hinchazón y, en casos más graves, úlceras.
¿Quiénes pueden desarrollar esta enfermedad?
Aunque esta condición no pone en riesgo la vida del paciente de forma inmediata, sí puede limitar sus actividades cotidianas y generar malestares continuos. Datos de Stanford sugieren que, se estima que aproximadamente el 5% de los estadounidenses la padecen. Es más común en hombres mayores de 70 años, como Trump, y también se presenta con frecuencia en mujeres entre los 40 y 50 años.
Hay varios factores que pueden hacer más probable que una persona desarrolle esta enfermedad. Entre ellos están la obesidad, antecedentes familiares, embarazos previos o haber sufrido alguna lesión o cirugía en las piernas. También influye estar mucho tiempo de pie o sentado, no hacer ejercicio, fumar, o haber tenido coágulos sanguíneos anteriormente.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas suelen incluir piernas o tobillos hinchados, sensación de pesadez o dolor punzante en las pantorrillas, cambios en el color de la piel en la zona de los tobillos, venas visibles y, en etapas avanzadas, heridas que tardan mucho en sanar. Como estos síntomas pueden parecerse a los de otras enfermedades, es importante acudir a un especialista para recibir un diagnóstico correcto.
¿Cuál es el tratamiento médico?
En cuanto al tratamiento, este varía según la persona y el avance del padecimiento. En casos leves, puede bastar con cambiar algunos hábitos: mantener las piernas elevadas, usar medias especiales que presionen suavemente para facilitar el flujo sanguíneo, evitar cruzar las piernas al sentarse, y hacer ejercicio regularmente. También se pueden recetar medicamentos como diuréticos, que reducen la retención de líquidos, o anticoagulantes para evitar la formación de coágulos. En pacientes con úlceras, puede usarse pentoxifilina junto con compresión.
Si el caso es más grave, existen tratamientos como la escleroterapia, donde se inyecta una sustancia en las venas dañadas para cerrarlas, obligando así a que la sangre busque otros caminos por venas sanas. Solo en menos del 10% de los casos se recurre a la cirugía. Algunas opciones quirúrgicas incluyen cerrar o extraer las venas afectadas, reparar válvulas dañadas, o incluso trasplantar venas sanas de otra parte del cuerpo.