Trump vs Musk: ¿quién tiene más poder? La ruptura que sacude Washington y Wall Street

Redacción 5 junio, 2025

La explosiva ruptura entre el presidente de EE. UU. y el magnate tuvo repercusiones en los mercados bursátiles

Trump y Musk se declaran la guerra mediática.
 ©EFE - Trump y Musk se declaran la guerra mediática.

La relación entre Donald Trump y Elon Musk, antes un símbolo de alianza entre poder político y económico, ha colapsado en una serie de ataques públicos, amenazas económicas y acusaciones incendiarias que colocan a ambos como protagonistas de un choque inédito en la historia reciente de Estados Unidos.

El punto de quiebre llegó cuando Musk, en un intercambio en su red social X, criticó duramente la política fiscal del presidente, a lo que Trump respondió con una amenaza directa: “Voy a poner fin a los contratos gubernamentales de Elon”. Horas después, Musk insinuó un vínculo entre Trump y el pedófilo Jeffrey Epstein, elevando el tono del conflicto a niveles explosivos.

Tesla cae, el pleito sube

La reacción no tardó en llegar a los mercados: Tesla se desplomó un 14% en Bolsa, reflejo de la preocupación de los inversionistas ante el deterioro de la relación entre el magnate y el mandatario, cuyas decisiones afectan directamente a las empresas del empresario.

El momento coincide con un cambio en la percepción pública de Musk. Según una encuesta de AP-NORC, solo 33% de los adultos estadounidenses tiene una visión favorable del empresario, una caída significativa respecto al 41% registrado en diciembre. Su figura, antes vista como la del visionario innovador, ahora se asocia con polémicas políticas, discursos radicales y una caótica incursión en el poder.

Una alianza fracturada

En su segundo mandato, Trump otorgó a Musk un rol sin precedentes: liderar un programa para reducir el tamaño del gobierno federal, buscando eliminar ineficiencias. Con una motosierra en mano durante su aparición en la conferencia conservadora CPAC, Musk se convirtió en la imagen de la cruzada trumpista contra la burocracia.

“Si la burocracia manda, ¿qué sentido tiene la democracia?”, dijo Musk entonces.

Pero lo que parecía una colaboración estratégica pronto se tornó en una disputa por el protagonismo, el control y, sobre todo, el poder.

El contexto de Musk

Elon Musk ha recorrido un camino singular: de joven sudafricano obsesionado con los cohetes a hombre más rico del mundo, con empresas como SpaceX, Tesla y Starlink. Sus ideas han transformado industrias enteras, desde los autos eléctricos hasta el internet satelital.

Durante años evitó compromisos políticos. Sin embargo, desde la pandemia, se ha alineado cada vez más con la derecha dura, criticando el “virus woke”, atacando a sindicatos y promoviendo teorías conspirativas desde su red social.

En 2024, luego de un atentado fallido contra Trump, Musk revirtió su rechazo inicial al republicano y donó más de 200 millones de dólares para impulsar su reelección. A cambio, obtuvo influencia directa en decisiones clave de la Casa Blanca.

¿Quién es más poderoso?

El choque actual plantea una pregunta que va más allá de la disputa personal: ¿quién tiene más poder, el presidente o el magnate?

Por un lado, Trump ejerce una forma de poder vertical, sustentado en la maquinaria del Estado y en un creciente desprecio por los límites constitucionales. Ya ha despedido funcionarios en masa, anulado programas sociales y enfrenta más de 70 demandas judiciales por posibles abusos de autoridad.

Por otro lado, Musk encarna el poder informal pero colosal del capital. Controla industrias clave, posee plataformas de comunicación masiva y depende —paradójicamente— de contratos gubernamentales millonarios, como los de Starlink y la NASA.

ANÁLISIS

Este pleito revela que estamos ante un duelo entre dos formas de poder extremo: el del Estado autoritario y el del capital tecnocrático.

  • Musk acusa a Trump de traicionar sus ideales libertarios por aferrarse a estructuras “obsoletas”.

  • Trump ve en Musk a un rival incómodo que amenaza su liderazgo en la ultraderecha.

  • Ambos comparten enemigos, discurso radical y ambiciones de rediseñar el país a su imagen.

  • Pero el poder —como la lealtad entre titanes— es volátil.

Mientras el gobierno evalúa recortar o congelar contratos con Musk, los mercados reaccionan, las cortes federales intervienen, y la opinión pública se polariza aún más.

Incluso, el exasesor de Trump, Steve Bannon, pidió revisar la situación migratoria de Musk y deportarlo.

La disputa Trump vs Musk no es solo una riña de egos. Es un espejo de las tensiones más profundas del poder en el siglo XXI.

¿Quién manda en Estados Unidos: el presidente o el millonario que paga la campaña?

Una respuesta, por ahora, sigue pendiente.

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