“Estrategia de seguridad es un buen primer paso; le falta para pacificar al país”: Eduardo Guerrero
Para el especialista el documento presentado es claro y conciso y considera que se pueden lograr muchos de los puntos
En entrevista con Guillermo Ortega, Eduardo Guerrero, consultor en Materia de Seguridad y director de Lantia Intelligence, habló sobre la Estrategia de Seguridad presentada este martes 8 de octubre por la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo y el gabinete de Seguridad, la cual calificó como un buen primer paso, claro, directo y sin tecnicismos innecesarios como ocurría con administraciones anteriores.
Dijo que dividiría el plan en dos partes: qué modificaciones harán al aparato institucional de seguridad y cómo van a pacificar al país. Vio con buenos ojos que se destacan puntos clave que buscan abordar el problema de la violencia en México, con un enfoque en inteligencia e investigación criminal como sello distintivo de Omar García Harfuch, secretario de Seguridad.
#ConOrtegaALas10 | Para Claudia Sheinbaum (@Claudiashein) es fundamental el trabajo de las fiscalías que han sido abandonadas por décadas en México, mencionó Eduardo Guerrero (@laloguerrero), consultor en materia de seguridad.
— El Financiero (@ElFinanciero_Mx) October 9, 2024
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Pero una de las grandes fallas, o ausencias, que vio en la estrategia presentada, es que no se abordó el control territorial del crimen organizado en sitios donde si bien no hay violencia como en los que están en disputa, las organizaciones criminales tiene cooptado a todo el aparato de seguridad, incluyendo policías, fiscalías y todo el aparato impartidor de justicia.
Otro punto “flaco” del documento, es que no deja suficientemente claras las causas que generan la violencia aunque se menciona que se atenderán para bajar sus índices. Mencionan los grupos criminales, pero no profundiza en cómo el crimen organizado ha cooptado instituciones clave como las policías y fiscalías, lo que permite el control sin necesidad de enfrentamientos, pero esto no implica que se haya erradicado la criminalidad.
Buena metodología
Por un lado, se plantea un esfuerzo coordinado entre las agencias de seguridad e inteligencia, tanto civiles como militares, con un enfoque especial en el combate a los generadores de violencia. Harfuch, conocido por su enfoque en inteligencia criminal, buscará fusionar la inteligencia civil y militar, así como integrar información de agencias especializadas, especialmente en el sector financiero. Este aspecto de la metodología se percibe como uno de los más claros y con mayor potencial de éxito.
Sin embargo, el gran reto sigue siendo el "cómo". El documento plantea los puntos generales para lograr los objetivos, pero los detalles sobre cómo se coordinarán los arrestos, el trabajo de investigación y la judicialización de los casos aún no están suficientemente desarrollados. Pero es positivo que se haya incluido el fortalecimiento de las fiscalías y los cuerpos de seguridad, que han sido históricamente abandonados, es una de las principales debilidades.
Uno de los ejes de la estrategia es la coordinación absoluta entre los miembros del gabinete de seguridad, con Harfuch al mando, quien contará con el apoyo total de la presidenta, así como de instituciones clave como la Marina, la Sedena y la Guardia Nacional. Se enfatiza que cualquier miembro que se desvíe de la estrategia recibirá una "llamada de atención" severa, lo que refuerza la idea de una centralización del mando y una línea de autoridad clara.
El fortalecimiento de las policías de investigación, ministerios públicos y fiscalías estatales es otro de los pilares fundamentales para hacer frente a la delincuencia. La estrategia reconoce que es crucial mejorar el trabajo en estos frentes, que han sido descuidados durante décadas.
Áreas de oportunidad
Si bien la estrategia plantea una focalización clara de las acciones del Estado contra los generadores de violencia, carece de un enfoque integral que incluya la prevención del delito y el control territorial del crimen organizado. Estas omisiones son especialmente notables en un país donde el control territorial es uno de los factores clave para entender la expansión de la violencia.
Cada estado tiene condiciones particulares que requieren un tratamiento específico y diagnósticos puntuales para recuperar la paz y la gobernabilidad. Este enfoque por "casos particulares" es fundamental, pero no está suficientemente reflejado en el documento.
Un buen inicio, pero no una solución completa
Aunque el documento es un buen punto de partida, no está a la altura del desafío que representa la pacificación de México. Faltan detalles sobre prevención del delito y una estrategia más clara para retomar el control territorial. Sin embargo, la ruta planteada, con Harfuch a la cabeza, es vista como un paso en la dirección correcta.
Finalmente, vio como positivo que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública estará encargado de evaluar el trabajo de policías y fiscalías en los 32 estados, lo que podría convertirse en una agencia central para el control y la mejora de las condiciones de seguridad en todo el país.
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