“La vida es como un juego de béisbol, hay que ganar trabajando juntos”: Alfredo Harp Helú
El empresario y filántropo abrió las puertas de su casa para hablar de su vida, triunfos y fracasos
En entrevista con Guillermo Ortega para El Financiero, Alfredo Harp Helú, empresario, filántropo y dueño de los Diablos Rojos de México, compartió sus reflexiones sobre su vida, el béisbol, el futuro y sus proyectos para mejorar el país. A sus 80 años, presenta la segunda parte de su autobiografía, Vivir y morir jugando béisbol, con el subtítulo "Mirando hacia el futuro", 25 años después de la primera publicación.
Harp, reconocido impulsor del béisbol en México, destacó que su visión de la vida está inspirada en el deporte. "La vida es como un juego de béisbol. Hay que ganar, pero trabajando todos juntos, especialmente en áreas como educación, salud y deporte", comentó, enfatizando la importancia de colaborar para alcanzar objetivos comunes. Para él, vivir es buscar un "campeonato", no necesariamente en el deporte, sino en todas las facetas de la vida, como la cultura y la filantropía.
Lo fugaz de la vida
El empresario también reflexionó sobre la fugacidad de la vida humana, comparándola con la vasta historia del universo. "Vivimos muy poco en esta vida terrenal. Lo importante es aprovechar cada momento", dijo, recordando a su madre, quien vivió más de 90 años, y a su hijo primogénito, quien falleció a los 39.
“Cumplí 80 años y todavía me preguntan si estoy esperando triunfos, no no no, yo los busco. Para triunfar hay que buscar en que triunfar, tengo muchos proyectos sobre todo en educación y en cultura, hay que luchar por ellos, me comprometí a hacer otro estadio de beisbol en Oaxaca, va a ser hermoso, todos los días estoy metido en ver cómo va”, explicó.
Relató que su familia paterna, originaria del Líbano, se estableció en Oaxaca antes de mudarse a la Ciudad de México cuando él era muy joven y su padre murió. A pesar de su vida en la capital, ha mantenido un vínculo profundo con Oaxaca, donde sigue aprendiendo y promoviendo la cultura local. Considera que la manera en que se vive allá es una inspiración para vivir mejor.
Sobre su segundo libro, Harp explicó que decidió escribirlo tras recibir comentarios sobre su primer libro, cuando tenía 60 años. A los 80, sintió que aún tenía más historias que contar. "Mi palabra es mi compromiso, y eso lo aplico en todo, no solo en los negocios", afirmó.
Además, su hija más pequeña, que no aparecía en el primer libro, ahora es una joven de 15 años destacada en la gimnasia y en la escritura, lo que lo llena de orgullo.
“Ya estaba en la editorial el libro cuando ganaron el campeonato los Diablos Rojos, paré la producción para dedicar ese capítulo”.
El balance de su vida
Harp también reflexionó sobre sus logros personales, señalando que su vida ha sido un balance positivo entre victorias y derrotas. "He ganado más de lo que he perdido porque siempre busco ganar. La competencia me motiva, pero lo que más me impulsa es la oportunidad de mejorar y contribuir a la sociedad", expresó.
“Un 25% de lo que escribí lo tiré a la basura. Mi secuestro fue uno de mis campeonatos perdidos, lo tomo como una situación que me tocó vivir, pero para que profundizo en eso si no entiendo nada”.
Considera que le falta mucho por hacer, ha tratado de promover mucho la educación, pero le gustaría llevar más educación a distancia para que llegue a todos los pueblos, que tenga comunicación e internet en todos lados.
El futuro de México
Sobre el futuro de México, Harp dijo que se mantiene alejado de todo eso, aunque se mostró optimista pero realista, reconociendo los desafíos políticos y económicos del país.
“Hay problemas en todo el mundo, en México los tenemos que resolver trabajando unidos y nos va a ir muy bien, todos unidos en beneficio del gran país que tenemos”.
Lo comparó a cuando le dicen que los Diablos Rojos ganaron porque trajo muy buenos jugadores, pero él responde que ganó todo el equipo. "En la política, como en el deporte, hay que estar unidos para alcanzar el éxito", concluyó.
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