Lex Ashton en CCH Sur: las señales que anticiparon el ataque y el patrón de violencia en escuelas de México
Ataque en CCH Sur: el lado oscuro de las subculturas digitales juveniles

Un estudiante de 19 años, identificado como Lex Ashton “N”, ingresó al Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Plantel Sur de la UNAM vestido de negro, con lentes oscuros y una pañoleta con calavera. Minutos después desató un ataque con armas blancas que dejó como saldo la muerte de un alumno de 16 años y un trabajador herido este 22 de septiembre.
Lo más alarmante: el presunto agresor había anticipado su ataque en Facebook, publicando horas antes fotos de su vestimenta y de las armas que usaría, además de mensajes que confirmaban su intención violenta.
Las señales previas: Facebook como ventana del ataque
Una hora antes del crimen, Lex Ashton compartió en su perfil de Facebook —abierto apenas semanas antes— una serie de imágenes:
Una sudadera negra con la palabra Bloodbath (“baño de sangre”).
Dos cuchillos tipo karambit.
Un hacha y un arma tipo kama.
Gas pimienta, cinturón táctico y goggles oscuros.
Una selfie en los alrededores del plantel.
Junto a las fotos escribió: “La escoria como yo tiene la misión de recoger la basura”. En su portada aparecía la frase: “Dios me mandó para empeorar la mierda”.
Estas publicaciones coincidieron con la vestimenta y objetos que llevaba al momento del ataque, confirmando un patrón similar al de agresores en EE.UU. y México, quienes anticipan sus crímenes en redes sociales como ritual de violencia.


El ataque en CCH Sur
Poco después del mediodía, el estacionamiento del CCH Sur, ubicado en Jardines del Pedregal, Coyoacán, se tiñó de rojo.
La víctima mortal: Jesús Israel “N”, de 16 años, fue sorprendido por Lex Ashton mientras comía en el patio del plantel. Testigos narraron que el agresor lo atacó “de la nada”, hiriéndolo de muerte.
La segunda víctima: Armando “N”, trabajador administrativo de 65 años, intentó detener al joven, pero también fue apuñalado. Fue hospitalizado y más tarde dado de alta.
El intento contra una alumna: la novia de Jesús Israel también fue blanco del ataque, pero logró escapar ilesa.
Tras la agresión, el joven subió al edificio de Idiomas, desde donde se lanzó al vacío en un intento de huida o autolesión, fracturándose ambas piernas. Fue trasladado al Hospital Regional de Traumatología del IMSS bajo custodia de la SSC.
Indignación y exigencia de justicia
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX) abrió una carpeta de investigación por homicidio calificado y lesiones dolosas. Mientras tanto, la UNAM suspendió clases y emitió un comunicado de condena.
En redes sociales, la comunidad estudiantil expresó que prefieren que el agresor sobreviva para que enfrente la justicia y pague por la vida de Jesús, así como por las heridas infligidas al trabajador.
Ataques previos en escuelas mexicanas
El caso de Lex Ashton no es un hecho aislado: en los últimos años se han registrado otros ataques en planteles escolares en México, muchos de ellos precedidos por publicaciones violentas en redes sociales.
Noviembre 2024: Preparatoria San Andrés, Guadalajara
Un estudiante de 17 años atacó con un martillo a dos compañeros durante clase. El hecho fue transmitido en vivo en redes sociales. El joven había advertido sus intenciones días antes en publicaciones en X (antes Twitter).
Entre sus mensajes escribió: “Ya andamos bien equipados para la fiesta de este sábado, esto va a ser nacional…”. Además del martillo, portaba un hacha, una navaja y una botella con alcohol. Fue detenido e imputado por lesiones calificadas y apología del delito.

Marzo 2024: Masacre en la UTEG, Guadalajara
Gabriel Alejandro “N”, de 20 años, cometió una serie de ataques con machete y cuchillo en el campus Olímpica de la Universidad Tecnológica de Guadalajara (UTEG). Antes había asesinado a una joven en un motel.
En la universidad, mató a dos trabajadoras y dejó herido a un administrativo. En su Facebook había publicado fotos con armas y la frase: “Hoy es el día”. Se atrincheró en el plantel hasta ser detenido, pero meses después se quitó la vida en prisión.

Recordando a Aideé Mendoza: CCH Oriente
En 2019, un feminicidio sacudió a la comunidad de la UNAM, cuando la estudiante de 18 años identificada como Aideé Mendoza Jerónimo recibió un balazo que acabó con su vida mientras asistía a una clase de matemáticas en el CCH Oriente. El caso causó conmoción debido a que el disparo atravesó el salón de clases.
Ernestina Godoy, procuradora general de justicia de la capital mexicana, aseguró que el disparo que mató a Aidée salió del mismo aula, después se trató la versión de que se trató de una bala perdida.
Al final, su cuerpo fue trasladado a una clínica, pero murió poco después.
Subculturas digitales y violencia: edgelords e incels
Expertos señalan que casos como el de Lex Ashton presentan patrones asociados con comunidades digitales de riesgo:
Edgelords: jóvenes que buscan provocar o impactar con publicaciones extremas, oscuras y violentas.
Incels (célibes involuntarios): comunidades en línea que difunden discursos de resentimiento y, en algunos casos, glorifican la violencia.
Aunque no todos los integrantes cometen delitos, la exhibición de armas, mensajes hostiles y ritualización del ataque son elementos comunes en este tipo de agresores.
Un patrón que preocupa
El ataque en el CCH Sur reaviva el debate sobre la seguridad en escuelas mexicanas, la responsabilidad de las plataformas digitales y la prevención de violencias juveniles.
La historia de Jesús Israel y de otras víctimas muestra cómo las señales de alerta estuvieron presentes en redes sociales, pero no fueron atendidas a tiempo. Cada caso confirma que la violencia en entornos escolares requiere atención urgente, con enfoque preventivo, psicosocial y feminista, para proteger a niñas, niños y jóvenes en el país.
No solo refleja una tragedia personal y colectiva, sino que también pone en evidencia la necesidad de protocolos de prevención efectivos, monitoreo de riesgos digitales y atención psicológica para estudiantes.
Las voces especialistas advierten que ignorar las señales digitales de violencia puede costar vidas, y que la sociedad mexicana debe enfrentar este fenómeno desde la educación, la salud mental y la justicia.
Únete al canal de WhatsApp y recibe en tu celular lo más importante de México y el mundo con el análisis y la voz de Guillermo Ortega Ruiz.