Carlos Manzo: desde su lucha contra el CJNG y la corrupción hasta su asesinato en Uruapan

Redacción 2 noviembre, 2025

Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, fue asesinado en la plaza principal; desde que asumió el gobierno lanzó su estrategia contra la corrupción y el crimen organizado

 ©Especial - Carlos Manzo enfrentó al CJNG

Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, Michoacán, asesinado el sábado 1 de noviembre, desafió las estructuras de poder y el crimen organizado desde que llegó al gobierno municipal. En diversas entrevistas, el edil denunció su lucha contra la corrupción y el narcotráfico, estrategia que lo puso en el ojo del huracán de los grupos de las delincuencia organizada.

Manzo enfrentó la corrupción desde su llegada al municipio y tomó medidas radicales para combatir a los grupos delictivos que asolaban la región, especialmente el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Su lucha no solo la realizó en las calles de Uruapan , sino también contra las prácticas corruptas que habían infiltrado las instituciones locales, lo ciual denunció desde su llagada al gobierno local.

Desde su gestión, Manzo implementó políticas de "tolerancia cero2 hacia los criminales y promovió una gestión pública transparente.

Carlos Manzo fue ganando reputación por su lucha contra la delincuencia organizada, especialmente contra el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que ha tenido una fuerte presencia en Michoacán, particularmente en el control de las rutas de tráfico de drogas y la extorsión a empresas locales, incluidas las dedicadas a la producción de aguacate.

Carlos Manzo recibió amenazas de muerte

Manzo dijo abiertamente que no pactaba con el crimen organizado, situación que le costó varias a amenazas de muerte contra él y contra su familia.

A pesar de las amenazas constantes, continuó trabajando, decía que era para mejorar la seguridad de su municipio.

Su estilo frontal y sin concesiones le ganó tanto el apoyo de la comunidad como la enemistad de quienes operan en actividades ilícitas. El alcalde solicitó seguridad al Gobierno federal, que asegura le brindó en todo momento, llegan a tener 14 elementos en de seguridad en su equipo, aunque Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana afirmó que el primer cinturón lo formaban policías municipales, a los que Manzo consideraba de su entera confianzas.

Detención de "El Rino"

Uno de los logros más significativos de Carlos Manzo en su lucha contra el crimen organizado fue la detención de René Belmontes, alias "El Rino", presunto líder de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Uruapan.

Este operativo, realizado por las autoridades locales en colaboración con la Guardia Nacional, ue uno de los principales golpes del gobierno de Carlos Manzo al CJN.

La captura de "El Rino", uno de los principales operadores del CJNG, representó un desafío directo a los intereses del crimen organizado que operaba en Michoacán. Manzo, quien había sido objeto de múltiples amenazas de muerte, había solicitado en varias ocasiones el apoyo de las Fuerzas Armadas para hacer frente a los grupos delictivos que controlaban importantes rutas en la región.

Justo tras la detención de "El Rino" desató una serie de represalias por parte del cártel, que intensificaron la violencia en la región. Ante estos riesgos, Manzo solicitó refuerzos federales y el apoyo de la Guardia Nacional, la Sedena y la Marina para garantizar la seguridad de su municipio. En diversas ocasiones, hizo públicas las amenazas que recibía y solicitó al gobierno federal mayores recursos y protección para enfrentar la creciente violencia.

El sábado 1 de noviembre, Carlos Manzo murió tras un ataque armado ocurrido en pleno Festival de Velas, en el centro histórico de la ciudad. El atentado, que causó pánico entre los cientos de asistentes, dejó a un agresor abatido y dos detenidos.

Manzo fue crítico de la estratefia de "abrazos, no balazos", del expresidente Andrés Manuel López Obrador, este enfoque, que consideraba insuficiente para enfrentar la magnitud del crimen organizado en Michoacán.

En varias declaraciones públicas, argumentó que "no podía haber abrazos para los delincuentes" y que se requería una respuesta más contundente para frenar el avance de los cárteles en la región.

Manzo se comprometió a aplicar la ley de manera imparcial, lo que le generó el respaldo de sectores de la población que buscaban un cambio en la administración pública, pero también le creó enemigos dentro del aparato político de Michoacán.

Únete al canal de WhatsApp y recibe en tu celular lo más importante de México y el mundo con el análisis y la voz de Guillermo Ortega Ruiz.