El cáncer de mama en mujeres menores de 35 años, una realidad alarmante
Aunque los casos representan menos del 2% de las pacientes, cuando aparece suele ser más agresivo, alertan
Cada año, se detectan 1.38 millones de casos nuevos de cáncer de mama en el mundo y 480 mil muertes relacionadas con esta enfermedad, según la OMS. En México, el cáncer de mama ocupa el primer lugar entre las neoplasias y es una de las principales causas de muerte en mujeres.
Sin embargo, esta enfermedad no solo afecta a mujeres adultas mayores de 40 años, sino que también puede presentarse en mujeres jóvenes de entre 25 y 34 años, según advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Un diagnóstico creciente en mujeres jóvenes
Aunque históricamente el cáncer de mama ha sido más común en mujeres mayores de 40 años, los diagnósticos en mujeres jóvenes han aumentado. Un informe de la Sociedad Estadounidense del Cáncer reveló que la mortalidad por cáncer de mama ha disminuido un 44% desde finales de los 80, pero las tasas de diagnóstico han aumentado un 1% anual desde 2012. Este incremento es aún mayor en mujeres menores de 40 años, con un aumento del 1.4% anual desde 2021.
También, un estudio reciente de la Clínica Mayo en Estados Unidos, destaca que aunque las adolescentes y jóvenes menores de 30 años representan menos del 2% de los casos de cáncer de mama, suelen presentar la enfermedad en etapas más avanzadas y con características más agresivas, como los subtipos triple negativo y HER2 positivo.
El cáncer de mama es una de las principales causas de muerte entre las mujeres, y la detección temprana juega un papel crucial para enfrentar esta enfermedad y si bien, el cáncer de mama no puede prevenirse del todo, la detección oportuna aumenta significativamente las posibilidades de control y tratamiento exitoso.
Un caso de esperanza: Rocío Ruiz, sobreviviente de cáncer de mama
Rocío Ruiz, diagnosticada con cáncer de mama a los 29 años, es un claro ejemplo de la importancia de la autoexploración y el acceso temprano a servicios de salud. Tras descubrir una bolita en su seno derecho, Rocío inicialmente lo atribuyó a una congestión de leche, ya que su bebé tenía apenas seis meses de nacido. Sin embargo, dos meses después, otros síntomas como enrojecimiento y comezón en su piel la llevaron a buscar atención médica.
“Todas las personas debemos ser responsables de nuestra salud, sin mantenernos pasivas esperando a que alguien lo haga por nosotras. Debemos implicarnos en nuestro cuidado, e implicarnos quiere decir también buscar la información”, afirma.
Gracias a una campaña de salud y la intervención de médicos comprometidos, Rocío pudo realizarse los estudios necesarios. “Me hicieron una exploración y a los tres días me llamaron para una mamografía y una ecografía. En esa última, vi cómo al médico le cambió la cara”, recuerda. Tras una biopsia, se confirmó el diagnóstico: cáncer de mama.
"Recuerdo que cuando me diagnosticaron el cáncer de mama me sentí perdida. No sabía qué era un cáncer de este tipo, ni cuáles sus secuelas, ni qué podría pasar conmigo. En definitiva, tenía un enemigo dentro de mí que podía llegar a causarme la muerte y, sin embargo, no sabía nada de él".
Rocío pasó por 16 sesiones de quimioterapia y 15 de radioterapia, que le permitieron vencer la enfermedad. Hoy, a los 36 años, su hijo está por cumplir ocho, y ella vive con el recuerdo de lo que enfrentó, pero con una renovada fuerza para disfrutar cada día. “Vivo con miedo de que algún día regrese, pero también con mayor intensidad porque no quiero perder nada de lo que hoy tengo, me mantengo en control todo el tiempo y soy ahora muy rigurosa”, confiesa.
Las autoridades de salud advierten que es fundamental que las mujeres jóvenes presten atención a cualquier cambio en sus senos y consulten a su médico ante cualquier sospecha, ya que el cáncer de mama en mujeres menores de 35 años suele ser más agresivo y con un pronóstico más complicado.
La importancia de la prevención y la autoexploración
En el marco del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, el próximo 19 de octubre, especialistas y sobrevivientes como Rocío hacen un llamado a todas las mujeres, sin importar su edad, a realizarse autoexploraciones frecuentes y acudir a revisiones médicas anuales. La detección temprana es clave para reducir la mortalidad y mejorar las opciones de tratamiento.
La autoexploración y las mastografías son las principales herramientas de detección. Un nódulo de menos de un centímetro puede controlarse hasta en el 95% de los casos si se detecta en estadio uno.
Para las jóvenes es recomendable el ultrasonido, que puede indicar si se hace o no la mastografía, e identificar lesiones en etapas tempranas. Si el nódulo se encuentra focalizado a la mama, existe de 90 a 95 % de posibilidades de controlar el cáncer.
Recuerda: detectarlo a tiempo puede salvar tu vida.