¿Es México la nueva meta? Migrantes consideran quedarse ante políticas más duras en EE.UU.

Con el inminente regreso de Donald Trump a la Casa Blanca el próximo lunes 20 de enero, las políticas migratorias de Estados Unidos podrían endurecerse de manera significativa, dejando a miles de migrantes con pocas opciones para alcanzar el "sueño americano".

Ante este panorama, más personas en tránsito están comenzando a considerar a México como un destino final en lugar de un país de paso, generando así una latente duda: ¿avanzar o establecerse?.

En ciudades fronterizas como Tapachula, Chiapas, se ha observado un creciente número de migrantes que evalúan la posibilidad de quedarse en territorio mexicano.

¿Migrantes buscan establecerse en México?

"Si 100 veces me deportan, 100 veces volveré", dijo Isaac López, un migrante hondureño, durante una entrevista para el medio EFE, quien confesó que considera trabajar en México si no logra cruzar a Estados Unidos.

Al igual que él, muchos enfrentan una realidad crítica en sus países de origen, marcada por violencia, desempleo y falta de oportunidades.

De acuerdo con datos oficiales, en 2024 México registró un récord histórico de más de 925,000 migrantes irregulares entre enero y agosto, un aumento del 132 % respecto al año anterior. Este flujo migratorio masivo, sumado a las posibles deportaciones masivas anunciadas por Trump, plantea retos sin precedentes para el país.

Un refugio temporal o una opción permanente

Tapachula, conocida como la "puerta de entrada a México", está experimentando una saturación de servicios y recursos. Denisse Lugardo Escobar, directora de Relaciones Internacionales y Desarrollo Transfronterizo de Tapachula, explicó que el gobierno local ya implementa un "plan emergente" para atender a los repatriados y migrantes en tránsito. Este plan incluye ocho espacios diferenciados para familias, niños no acompañados, mujeres, varones y la comunidad LGBT+.

La postura del Gobierno mexicano

La presidenta Claudia Sheinbaum ha reiterado que su administración está "preparada" para recibir a los mexicanos deportados, ofreciendo empleo, programas sociales y movilidad dentro del país. Sin embargo, el reto de atender a migrantes de otras nacionalidades es aún más complejo.

Organizaciones de derechos humanos han instado al gobierno a garantizar condiciones dignas para los migrantes y mejorar la infraestructura en regiones como Tapachula, donde los albergues están al límite de su capacidad.