El viacrucis de Iztapalapa busca ser Patrimonio de la Humanidad de UNESCO
En medio de la violencia, Iztapalapa se aferra a su fe y quiere ser Patrimonio de la Humanidad
Con una asistencia multitudinaria que superó los dos millones de personas este Viernes Santo, la alcaldía Iztapalapa reafirmó la fuerza de su viacrucis, una de las tradiciones religiosas más importantes de México, que ahora busca ser reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La representación de la Pasión de Cristo, que lleva 182 años de historia, fue interpretada por cientos de actores voluntarios en calles, plazas y el icónico Cerro de la Estrella, donde se llevó a cabo la crucifixión simbólica. La actividad, que ya fue declarada patrimonio cultural por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en 2023, busca ahora el respaldo del organismo internacional.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, anunció que su administración dará seguimiento a la candidatura ante la Unesco, una aspiración de larga data entre los habitantes de Iztapalapa.
“Es algo que estamos esperando desde hace mucho tiempo”, expresó Angélica Ramírez, madre de jóvenes actores que han participado en la representación. “Pero más allá del reconocimiento, lo que importa es que se siga celebrando como hasta ahora”.
Un viacrucis que resiste
La celebración no solo representa un evento religioso, sino también un acto de resistencia cultural y comunitaria, en una alcaldía con alta densidad poblacional y marcada por índices de violencia.
“De Iztapalapa se oye hablar por la delincuencia, pero también hay cultura, historia y fe”, defendió Cristopher Gómez, quien dio vida a Jesús en 2024. “Que la Unesco lo reconozca, sería un orgullo para todos”.
Durante el viacrucis de este año, el Gobierno desplegó 2.600 elementos de seguridad, menos de la mitad que en 2024, aunque la jornada transcurrió sin incidentes.
Argumentos para la Unesco
La tradición cumple con varios de los criterios que exige la Unesco para el nombramiento como Patrimonio Cultural Inmaterial:
Participación comunitaria intergeneracional.
Transmisión oral y ritual continua desde 1843.
Importancia simbólica y devocional para millones de personas.
Apropiación identitaria en un contexto urbano complejo.
Además de lo espiritual, la puesta en escena ha generado dinamismo turístico, cultural y económico, que transforma por unos días la percepción de una de las zonas más estigmatizadas de la capital.
“Solo hace falta voltear y ver las millones de personas presenciando el momento”, señaló Gómez. “Eso también es patrimonio”.
La fe como puente cultural
La edición 2025 del viacrucis fue también un punto de encuentro entre nacionalidades. Entre los visitantes internacionales estuvo el francés Baptiste Guyomard, sorprendido por la magnitud del evento:
“Es increíble. En Francia somos católicos, pero aquí la participación y la fe son impresionantes. Hasta los jóvenes están involucrados”.
El viacrucis de Iztapalapa no solo representa el fervor religioso de Semana Santa. También es un símbolo vivo de identidad popular, un ejemplo de organización comunitaria y un llamado a que las grandes tradiciones latinoamericanas sean reconocidas por su profundo valor cultural y social.
