Narcoalianzas tras un año de guerra en Sinaloa: el legado que deja ‘El Mayo’ Zambada

Mabel González 4 septiembre, 2025

En un año se reconfiguró el narco en México, alianzas impensables surgieron y todo por un hombre

 ©Cuartoscuro. - Detrás de la violencia en Sinaloa hay peligrosas narcoalianzas.

En pocos días se cumple un año del estallamiento de la narcoguerra en Sinaloa, originada por la presunta traición a Ismael ‘El Mayo’ Zambada, quien ya hasta se declaró culpable en Estados Unidos de dos cargos relacionados al narcotráfico y quien, de acuerdo a los dicho por la fiscal Pam Bondi, morirá en prisión, pero el estado que lo vio nacer aún sangra y la violencia parece no tener fin, pues de la caída del exlíder y cofundador del Cártel de Sinaloa, trajo consigo tres narcoalianzas, que pueden traducirse en tres megacárteles. 

La fractura del Cártel de Sinaloa ocurrió antes, cuando ‘El Mayo’ se negó a apoyar a los hijos de su amigo y socio, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, a liberar a Ovidio Guzmpan González, cuando fue detenido por primera vez en Culiacán, un hecho que desató violencia y a la postre se conoció como el Culiacanazo, pero las traiciones ya habían ocurrido antes y dejaron mucha sangre derramada, aunque en ese entonces se contuvo. 

Pero lo que empezó el 9 de septiembre de 2024 parece no tener fin, su verdadero principio fue el 25 de julio del mismo año, cuando Joaquín Guzmán González llegó a Texas con ‘El Mayo’, en un presunto secuestro en el que hubo muerto del lado mexicano. Se anticipaba una venganza, sin embargo, por casi dos meses una tensa calma reinó en el estado que le da nombre a uno de los cárteles mś poderosos, pues cada facción se preparaba para lo que estaba ṕor venir. 

Peligrosas narcoalianzas 

Tras la caída de El Chapo, el Cártel de Sinaloa comenzó a fracturarse, los hijos de cada fundador querían heredar el imperio criminal, los de El Mayo habían caído casi en su totalidad, así es que los Guzmán lideraban una peligrosa facción, Los Chapitos, pero Zambada era un hombre querido y respetado, que tenía gente leal que le servía, a quienes se les conoce como Los Mayos o La Mayiza.

Chapitos y Mayiza ahora no solo eran facciones, eran enemigos que debían defender sus linajes y traiciones, así es que empezaron a agrupar fuerzas, cuál guerra, y lo impensable pasó: cárteles antes enemigos se sumaron a las células criminales para apoyar en el enfrentamiento escudado en el honor, peor basado en la conquista de territorios. 

Investigaciones federales citadas por Milenio revelan que, semanas después del 25 de julio de 2024, se formó el primer megacártel del narcotráfico en México. Según fuentes de inteligencia, el hijo de El Mayo, Ismael Zambada Sicairos, conocido como “El Mayito Flaco”, asumió el liderazgo y consolidó alianzas con capos históricos y nuevos actores del crimen organizado.

El primer megacártel: La Mayiza y sus nuevas alianzas

Zambada Sicairos logró una inédita tregua con Fausto Isidro Meza Flores, alias "El Chapo Isidro", líder del Cártel de Guasave y antiguo enemigo mortal de su padre y de El Chapo. A este pacto se sumó la facción de los Dámaso López, antiguos aliados del Cártel de Sinaloa.

Además, El Mayito Flaco reafirmó alianzas con clanes criminales tradicionales como los Limón Sánchez y los Cabrera Sarabia. Estas familias históricamente han protegido a El Mayo en la Sierra Madre Occidental y ahora también resguardan a su hijo, lejos de operativos militares.

El segundo megacártel: Los Chapitos y su inesperada alianza con el CJNG

La disputa entre Los Chapitos y La Mayiza rompió un antiguo acuerdo de no afectar a la población civil. Hubo suspensión de clases, cierre de comercios y decenas de personas quedaron atrapadas en fuego cruzado.

En medio de esas pérdidas, Los Chapitos buscaron apoyo externo. En enero de 2025, entablaron contacto con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), encabezado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias "El Mencho".

Las negociaciones, iniciadas entre emisarios de Iván Archivaldo Guzmán y del CJNG en el sur de Sinaloa y Colima, avanzaron rápidamente, informa el periodista Óscar Balderas. Abdiel Guzmán, primo de Iván Archivaldo, fue designado negociador por Los Chapitos. Por parte del CJNG, el emisario fue Audias Flores Silva, “El Jardinero”, considerado posible sucesor de El Mencho.

La alianza se concretó con el intercambio de rutas de narcotráfico, proveedores de armas y corredores migratorios —especialmente en el desierto de Sonora. A cambio, el CJNG ofreció respaldo armado, refugios y logística para evitar capturas, un esquema dirigido por El Jardinero, quien ha sido clave en la protección de 'El Mencho'.

El pacto provocó un efecto dominó: el CJNG rompió su alianza con el Cártel de Tijuana (también conocido como el Cártel de los Arellano Félix), dejándolo vulnerable ante la nueva coalición.

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El tercer megacártel: el Cártel del Golfo y Santa Rosa de Lima

La histórica rivalidad entre los cárteles del noroeste y las rutas del noreste revivió tras la formación del segundo megacártel. El Cártel del Golfo, con fuerte presencia en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, percibió la expansión del CJNG como una amenaza directa a su territorio.

Ante la creciente presencia del CJNG en municipios como Ciudad Mante, Aldama y Ciudad Victoria, el Cártel del Golfo reactivó contactos estratégicos. En el primer trimestre de 2025, Ezequiel Cárdenas, alias “Tormenta Junior” —hijo de Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, “Tony Tormenta”—, ordenó a su brazo armado, el Grupo Escorpión, iniciar pláticas con el Cártel Santa Rosa de Lima.

Este último, conocido por su control del robo de combustible en Guanajuato, es enemigo acérrimo del CJNG. Aún leales a su fundador encarcelado, José Antonio Yépez Ortiz, “El Marro”, los sicarios de Santa Rosa vieron con buenos ojos unirse a los Cárdenas Guillén.

El acuerdo incluyó entrenamiento con mercenarios colombianos, provisión de armas desde Estados Unidos y apoyo económico. A cambio, el grupo guanajuatense reforzaría el sur de Tamaulipas y compartiría ganancias del huachicoleo.

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