Quería ser guardia de seguridad, terminó como sicario del CJNG; la historia de sobreviviente de Teuchitlán

Elia López 18 marzo, 2025

Un sobreviviente del centro de adiestramiento y exterminio del CJNG revela cómo fue reclutado y los horrores que presenció en el Rancho Izaguirre

Rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco.
 ©Cuartoscuro - Pertenencias halladas en el Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco.

Un sobreviviente del Rancho Izaguirre, utilizado como centro de adiestramiento y exterminio por el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), relató a Milenio Televisión cómo llegó a Teuchitlán.

El hombre contó que encontró una oferta de trabajo en redes sociales como guardia de seguridad, donde le ofrecían 13,000 pesos mensuales, viáticos, hospedaje y tres comidas al día. Ilusionado por la "oportunidad" de mejorar su calidad de vida, acudió al llamado.

Recuerda que llegó a la terminal de autobuses de Tlaquepaque, Jalisco, donde encontró a otras seis personas que también habían respondido a la oferta.

El sobreviviente relató al periodista Alejandro Domínguez que los siete abordaron un taxi de aplicación que los llevó a una casa cerca del Rancho Izaguirre.

Abordó con otras personas un taxi de aplicación

“Cuando nos llevaron de la terminal de Tlaquepaque, pasó un Uber por nosotros. De ahí nos trasladaron a una casa cercana al rancho. Ahí fue cuando nos dimos cuenta de que no era el trabajo al que íbamos, porque había gente armada”, relató el sobreviviente, quien asegura que fue reclutado en junio de 2024.

Aseguró que, al llegar al Rancho Izaguirre, le ofrecieron completar el adiestramiento como sicario; quienes no lo lograban o no aceptaban eran asesinados.

“Se podría decir que era un lugar de adiestramiento, pero también de castigo. También mataban a personas que no obedecían, que eran consideradas débiles o que no cumplían con el entrenamiento”, afirmó el sobreviviente.

Fue enviado como sicario a Zacatecas

El hombre relató los horrores que presenció mientras estuvo en el rancho. Comentó que los cuerpos, antes de ser incinerados, eran descuartizados.

Precisó que los zapatos y ropas encontrados por el colectivo "Guerreros Buscadores de Jalisco" no necesariamente pertenecían a todas las víctimas.

Aseguró que permaneció en el Rancho Izaguirre dos meses y medio, tiempo durante el cual fue testigo de múltiples muertes y cremaciones en los hornos clandestinos.

"El lema era 'si no hay cuerpo, no hay delito'", comentó.

El sobreviviente asegura que terminó su adiestramiento y fue enviado a Zacatecas como sicario del CJNG, de donde logró escapar.

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