¿Quiénes son Eugenia Gómez y Javier Cantú? Los novios de Reynosa que tuvieron una boda de 100 millones de pesos
La boda más cara de Tamaulipas: el origen y las familias detrás de Eugenia Gómez Deándar y Javier Cantú
La boda de Eugenia Gómez Deándar y Javier Cantú, celebrada en el Lienzo Charro Los Tamaulipecos de Reynosa, no solo se convirtió en el evento social más extravagante del año —valuado en más de 100 millones de pesos— sino también en el centro de una conversación que mezcló lujo, poder político y presencias incómodas.
Una boda monumental… y una lista de invitados que encendió focos rojos
El montaje incluyó una cúpula gigante, producción de primer nivel y presentaciones en vivo de grupos como Duelo y Frontera, detalle que reforzó la magnitud del evento.
Pero lo que realmente desató controversia fue la presencia simultánea de:
Políticos federales y estatales
Funcionarios judiciales
Empresarios de alto nivel
Invitados cuyos perfiles han sido vinculados en la región con actividades ilícitas como narcotráfico y huachicol
Según testigos, la apertura del novio hacia su círculo social —particularmente del ámbito deportivo y del pádel— terminó introduciendo a personajes señalados, lo que “contaminó” la imagen de una boda que buscaba exclusividad absoluta.
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¿Quién es Eugenia Gómez Deándar?
Eugenia pertenece a una de las familias con mayor peso económico y mediático en Reynosa. Su madre supuestamente sería Magaly Deándar Robinson, empresaria y figura pública ligada a causas sociales desde hace décadas. La familia Deándar es conocida no solo por su éxito empresarial, sino también por su influencia en medios y política local. Es viuda de Elpidio Gómez.
Magaly ha sido una activa promotora de la Cuarta Transformación, mostrando afinidad ideológica con el presidente Andrés Manuel López Obrador, y defendiendo la importancia de fortalecer los programas sociales en Tamaulipas.
En múltiples declaraciones, la empresaria ha destacado que su formación está basada en valores inculcados por su madre, Guillermina “Minita” Robinson (†), a quien señala como su principal guía moral.
Eugenia creció en este entorno de liderazgo social, trabajo comunitario y presencia pública. Sus apariciones recientes —incluida su boda— han puesto nuevamente a la familia en el centro de la conversación regional.
¿Quién es Javier Cantú?
Del lado del novio, Javier Cantú pertenece también a una familia de notable influencia económica en Reynosa. Su círculo está compuesto principalmente por empresarios y perfiles del ámbito deportivo; sin embargo, su decisión de abrir la lista de invitados a contactos amplios de su vida social habría propiciado la llegada de personajes polémicos.
En redes sociales y entre asistentes se habló del “error estratégico” de ampliar las invitaciones, lo que terminó proyectando una imagen de descontrol en un evento que buscaba proyectar poder, tradición y elegancia.
Una entrada digna de película
Más allá de la controversia, la boda impresionó a quienes presenciaron la llegada de los novios.
Eugenia entró a la iglesia en una carreta decorada al estilo charro, mientras Javier lo hizo montando un caballo con traje impecable. La ceremonia religiosa fue el punto culminante de una celebración que días antes ya había iniciado con una ceremonia civil en Reynosa, donde ambos intercambiaron votos íntimos frente a familiares y amigos.
El respaldo familiar y su peso en la política local
La influencia de la familia Gómez Deándar en Reynosa es conocida desde hace décadas.
Magaly, en entrevistas previas, ha expresado su visión política y su interés por que la 4T aterrice de manera más profunda en el municipio, que considera necesitado de ordenamiento, transparencia y participación ciudadana.
Sus declaraciones incluyen temas como:
La importancia de escuchar al pueblo
La necesidad de más mujeres en posiciones de liderazgo
Su apoyo al proyecto federal de transformación social
La boda de su hija, sin embargo, puso a la familia en el foco mediático por motivos distintos a los acostumbrados.
Tradición, lujo… y una sombra inesperada
Aunque la celebración buscó exaltar la tradición charra y reunir a dos de las familias más influyentes de la región, la presencia de figuras presuntamente vinculadas con actividades ilícitas terminó por opacar parte del brillo.
Lo que debía ser un evento impecable se transformó en una conversación regional sobre poder, dinero, política y vínculos incómodos en uno de los estados con mayor vigilancia en materia de seguridad.
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