Guillermo del Toro revela su estilo musical: "Es el 90% de lo que escucho"
Del Toro habló de su proceso creativo y de cómo la música lo guía

Guillermo del Toro tiene claro que la música es mucho más que un acompañamiento en sus películas: es la voz emocional del cine. “Amo la música. El 90 por ciento de lo que escucho son bandas sonoras”, confesó el cineasta mexicano durante un conversatorio en el Festival de Cannes, donde compartió escenario con el compositor francés Alexandre Desplat, su colaborador en filmes como La forma del agua y Pinocho.
La emoción como brújula creativa
En un diálogo íntimo y entusiasta, Del Toro habló de su proceso creativo y de cómo la música lo guía en cada historia que cuenta. “El cine necesita emocionar, y la música es el único momento de la producción donde me sorprendo”, explicó. Para él, las bandas sonoras tienen el poder de evocar una película con solo cerrar los ojos.
Desde sus primeras compras musicales —entre ellas la de El Padrino de Nino Rota— hasta su método de edición sin música para luego “escuchar lo que la película pide”, Del Toro dejó claro que su amor por las bandas sonoras es visceral y formativo. “La emoción es el nuevo punk”, dijo, defendiendo un cine más sentimental y menos cínico.
Frankenstein: una historia lírica, no de terror
Del Toro y Desplat, quien trabaja actualmente en la banda sonora de Frankenstein, su nuevo proyecto, coincidieron en que una buena composición para cine debe conmover. “El cine de Guillermo es lírico, y Frankenstein también lo será. No estoy escribiendo música de terror”, comentó el compositor francés.
Para Del Toro, esta nueva adaptación no busca aterrorizar, sino provocar empatía: “Frankenstein no es un monstruo. Lo hemos visto mal porque la gente mira de manera incorrecta”.
Una relación de confianza musical
El director mexicano destacó que Desplat ha sido el único compositor con quien ha asistido a las sesiones de grabación. “Yo cocino para todos todo el tiempo, pero con Alexandre soy yo quien prueba”, dijo entre risas.
En el encuentro, ambos artistas reflexionaron también sobre los ídolos que los formaron. Del Toro recordó el impacto de John Williams con Tiburón, mientras que Desplat evocó su admiración por Scorsese, Spielberg y las posibilidades que descubrió en la música para cine al escuchar ritmos africanos, brasileños o griegos.
“La música tiene que ser accesible, sencilla, pero no infantil”, concluyó Desplat, convencido de que una buena melodía debe nacer del trabajo duro y la imaginación. En eso, Del Toro asintió con entusiasmo: “La película habla, y su voz llega con la música”.