Ozzy Osbourne: las polémicas más oscuras del ‘Príncipe de las tinieblas’

Alejandra Jiménez 22 julio, 2025

El exvocalista de Black Sabbath falleció a los 76 años dejando un legado en el heavy metal y una vida marcada por excesos, provocaciones y escándalos

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El mundo del rock se encuentra de luto tras la muerte de Ozzy Osbourne, exvocalista de Black Sabbath y leyenda del heavy metal, quien falleció a los 76 años. Conocido como el ‘Príncipe de las tinieblas’, Osbourne no solo dejó huella por su música, sino también por su vida marcada por polémicas, excesos y comportamientos irreverentes.

El anuncio de su fallecimiento fue realizado por su familia a través de un comunicado difundido este lunes, provocando una ola de reacciones en la industria musical y entre sus millones de seguidores en todo el mundo.

Una vida de escándalos

Durante décadas, Ozzy Osbourne fue sinónimo de desenfreno, transgresión y provocación. Más allá de su trayectoria artística, protagonizó episodios que escandalizaron al mundo del espectáculo y cimentaron su leyenda como uno de los personajes más salvajes de la historia del rock.

Uno de los primeros episodios notorios ocurrió cuando fue encarcelado por robo en su juventud. Pasó seis semanas en la prisión de Winson Green, en Birmingham, después de que su padre se negara a pagar la fianza para “darle una lección”.

Texas, hormigas y orina: las anécdotas más bizarras

Uno de los momentos más recordados sucedió en 1982, cuando Osbourne, disfrazado con un vestido de Sharon, su esposa, orinó sobre un cenotafio en honor a los caídos en la Batalla de El Álamo, en Texas. Fue arrestado y se le prohibió el ingreso a San Antonio por una década.

En su biografía y en relatos como The Dirt, de Mötley Crüe, se cuenta que inhaló una línea de hormigas y bebió su propia orina durante una gira en 1984. Estas acciones fueron descritas por Nikki Sixx como “el punto más bajo y más alto del salvajismo del rock”.

Satanismo, murciélagos y cenas presidenciales

Las acusaciones de satanismo también persiguieron a Ozzy. En 1981, su disco Diary of a Madman incluyó una cruz invertida en la portada, lo que provocó reacciones de grupos religiosos. Su canción Mr. Crowley, inspirada en el ocultista Aleister Crowley, reforzó esa percepción.

Su comportamiento con animales también generó indignación. En una reunión con CBS en 1981, estaba programado que soltara palomas blancas como símbolo de paz. En su lugar, arrancó la cabeza de una con la boca. En otra ocasión, ebrio, realizó un striptease, besó a un ejecutivo, hizo una marcha nazi y orinó en el vino del anfitrión, todo durante una visita a Alemania.

El incidente más famoso ocurrió en pleno concierto, cuando alguien arrojó un murciélago vivo al escenario. Osbourne pensó que era de utilería, lo mordió, fue atacado y tuvo que vacunarse contra la rabia de emergencia.

Incluso en 2002, causó controversia al ser invitado a una cena en la Casa Blanca. El entonces presidente George W. Bush bromeó: “Ozzy, mi madre adora tu música”, haciendo alusión a las letras de sus canciones cargadas de referencias satánicas y sangrientas.

Un legado inmortal

Pese a las controversias, Ozzy Osbourne fue inducido al Salón de la Fama del Rock and Roll en 2024 y es considerado uno de los fundadores del heavy metal moderno. Su música, su estilo inconfundible y su actitud desafiante lo convirtieron en un ícono de la contracultura y en una figura indeleble del rock mundial.

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