¿Son saludables? La verdad sobre los tacos de tripa que nadie te cuenta
Son deliciosos, pero ¿es seguro comerlos? Aquí te lo decimos
En la vasta y deliciosa oferta de la comida callejera mexicana, los tacos de tripa ocupan un lugar especial. Ya sea doradita, suave o bien frita, la tripa de res se sirve con tortillas calientitas, salsa, cebolla y cilantro, conquistando paladares en cada esquina del país. Pero, con el aumento del interés por una alimentación más consciente, muchos se preguntan: ¿son saludables los tacos de tripa?
La tripa de res es una víscera que aporta proteína y algunos minerales como el hierro y el zinc, pero también puede contener altos niveles de grasas saturadas y colesterol si no se prepara de manera adecuada.
Además, el método de cocción (especialmente si es frita) y los acompañamientos influyen en su valor nutricional. Por eso, conocer sus beneficios y riesgos es clave para decidir con información si incluirlos ocasionalmente en tu dieta.
¿Qué tan saludable es la tripa?
De acuerdo con American Heart Association, la tripa por sí sola puede ser un alimento completo debido a su alto contenido en proteínas y vitamina B12, misma que es perfecta para las mujeres embarazadas o lactantes.
Sin mencionar que dicho nutriente contribuye a la salud de la piel, el cabello, los ojos y el hígado. No obstante, cuando se funde en grasa sus propiedades disminuyen, por lo que es posible que si te encantan los tacos de tripa bien fritos, sus beneficios sean mínimos.
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En este sentido conviene resaltar que, según la Fundación Española del Corazón, las vísceras cuentan con un alto contenido en grasa saturada y colesterol, por lo que se recomienda que los pacientes cardiovasculares limiten su consumo.
Por su parte, el Consejo Europeo de Información sobre Alimentación (EUFIC) señala que las vísceras de carnes rojas son una fuente de zinc, hierro de fácil absorción, selenio y fósforo.
¿Es bueno pasarse de taquitos?
Como dice el dicho, “todo en exceso hace daño” y los taquitos de tripa no son la excepción, aunque en general, el consumo excesivo de cualquier tipo de taco puede contribuir al aumento de peso derivado de las grasas presentes en la garnacha.
Pero el aumento de peso es el menor de los problemas cuando se lleva una dieta alta en grasas y azúcares, pues de acuerdo con el artículo “Del puesto de tacos al cuerpo humano: el viaje de tus alimentos”, publicado en la Revista Digital Universitaria de la UNAM, distintos experimentos en modelos animales de roedores han encontrado que este tipo de alimentación disminuye la capacidad del cerebro para detectar los nutrientes y hormonas que se producen en respuesta a los alimentos.
¿El resultado? El cerebro ya no puede regular adecuadamente los procesos asociados con la saciedad y el placer de comer, por lo que te puedes hacer preso de una cadena en la que, entre más comes, más deseos tienes de seguir alimentándote; sin mencionar que se comienzan a gestar enfermedades metabólicas como la obesidad.
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