Fue una joven promesa del Club América, cayó en los excesos y hoy cumple 17 años de cárcel por robo

A los siete años, Aldair comenzó a jugar futbol en una escuela de Santa Martha. Su talento llamó la atención desde temprana edad y, con apoyo de su madre, ingresó a competencias que abrieron puertas hacia clubes profesionales. En una copa juvenil fue visto por un visor universitario, lo que le permitió integrarse a las fuerzas básicas de Ciudad Universitaria. Más tarde, logró avanzar a equipos que lo acercaron al Club América, donde se desempeñó en Segunda División.

Sin embargo, el trayecto no fue sencillo. La familia enfrentaba dificultades económicas y los traslados constantes desde Iztapalapa hasta CU complicaban su continuidad. Aunque recibió uniformes y apoyo básico, los costos acumulados hicieron cada vez más difícil mantener el ritmo de entrenamientos y torneos.

Una lesión a los 17 años cambió su futuro

Ya instalado en la estructura del América, a los 17 años sufrió una lesión de rodilla que detuvo su crecimiento deportivo. Según su relato, la caída en el rendimiento provocó que disminuyera el respaldo del club y lo alejaron de sus mejores oportunidades dentro del equipo. La situación coincidió con un cambio en su círculo social: amigos de su colonia comenzaron a integrarlo a fiestas, consumo de drogas y actividades riesgosas.

Aldair también reconoce que, al quedar fuera de las canchas por la lesión, comenzó a convivir con amigos que consumían marihuana, alcohol y otras sustancias; un ambiente que , según relata, lo empujó hacia fiestas, excesos y decisiones que terminaron alejándolo del futbol y acercándolo a problemas legales.

Aldair recuerda que, mientras convivía con compañeros con posiciones económicas estables, también pasaba tiempo con jóvenes de su comunidad que lo llevaron a conductas que reconoce como equivocadas. Incluso admite que participó en pequeños robos en tiendas, aunque sostiene que el delito por el que fue detenido no lo cometió.

La detención por robo de vehículo y la sentencia

El día de su captura, explica, él y sus amigos llegaron a una tienda donde un repartidor se asustó al verlos. El trabajador llamó a la policía y los oficiales los acusaron de robo de vehículo, pese a que Aldair asegura que no participaron en el hecho. Las autoridades confirmaron cargos que terminaron en una sentencia de 17 años y 6 meses de prisión. Actualmente ha cumplido seis años.

El exjugador afirma que al inicio despertaba llorando al verse en una celda. Ha señalado que vivió “la vida buena” del futbol y “la vida mala” influenciada por amistades del barrio que lo llevaron a cometer errores.

Hoy, Aldair “El Pollo” continúa practicando futbol desde prisión. Juega a diario y se ha convertido en el máximo goleador del penal, donde convive con más de 5 mil internos. En ese contexto ha recibido visitas de futbolistas profesionales, entre ellos Raúl Jiménez, lo que lo motiva a mantenerse activo a pesar de su situación.

El exfutbolista comparte que la frase que más recuerda de su madre es: “Tienes estrellas en los pies, hazlas brillar”, palabras que lo acompañan mientras busca reconstruir su vida. Además, afirma que se volvió creyente de la Santa Muerte, a quien atribuye un “milagro” relacionado con un accidente que sufrió uno de sus hermanos.

Aldair espera acceder al beneficio de preliberación, del que ya fue notificado con un plazo de 8 años y 9 meses de cumplimiento. Si mantiene buena conducta, podría salir antes para intentar retomar una carrera ligada al futbol, aunque reconoce que ya no sería como en sus años de formación profesional.