Disputa por Groenlandia: Trump amenaza con imponer aranceles “altísimos” a Dinamarca y así le responden

Donald Trump volvió a manifestar su deseo de comprar Groenlandia y anexarla al territorio estadounidense, tal como EE.UU. lo hizo hace años con Hawai, sin embargo, el país pertenece a Dinamarca y el gobierno de la nación europea de inmediato negó que eso fuera a suceder, por lo que el presidente electo sugirió que los habitantes votarían por su independencia o por anexarse a Estados Unidos, pero en caso de que no ocurriera eso, impondría aranceles “altísimos” como venganza. 

La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, respondió a Trump sobre su nuevo desafío e intención de comprar Groenlandia, asegurando que el país no está en venta y que si bien Estados Unidos es su principal socio comercial, la soberanía de aquel territorio se respeta. Pero en redes sociales surgió un debate que resaltó la diferencia entre la política de expansión territorial e intereses geopolíticos de Estados Unidos y las posturas soberanas y de bienestar social del país que gobierna. 

Puntos clave del debate

1. La propuesta de Trump sobre Groenlandia: Donald Trump propuso comprar Groenlandia en 2029, un territorio autónomo bajo la soberanía de Dinamarca, por razones de "seguridad nacional". A pesar de la rechazada oficial de Dinamarca a esta propuesta, Trump insistió previo a su segundo mandato, debido a su importancia estratégica, principalmente en términos de recursos naturales y ubicación geopolítica en el Ártico. Este tipo de retórica, que recuerda a la expansión imperialista de otras épocas, fue ampliamente rechazada por Dinamarca y el gobierno groenlandés, que defiende con firmeza su soberanía sobre la isla.

2. La respuesta de Dinamarca y Groenlandia: La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, subrayó que Groenlandia no está en venta y reafirmando que la isla es propiedad de los groenlandeses, no de Dinamarca. Este argumento hace referencia al derecho de autodeterminación de los pueblos, un principio fundamental del derecho internacional, que establece que las poblaciones tienen el derecho de decidir su propio futuro político. Fue clara al recalcar que la soberanía de Groenlandia pertenece a su pueblo. Esta postura fue respaldada por el primer ministro de Groenlandia, Mute Egede, quien destacó que la isla necesita definir su futuro de manera independiente, especialmente en lo que respecta a sus relaciones comerciales, sin la mediación exclusiva de Dinamarca.

Diferencia entre el modelo danés y el estadounidense

En paralelo a este conflicto por Groenlandia, Dinamarca presenta su modelo de bienestar social como un contraste con la política de Trump. La respuesta de Dinamarca al presidente de EE. UU. sobre el "sueño danés" es, en cierto modo, una crítica implícita a la falta de políticas de bienestar que caracterizan al sistema estadounidense. Los puntos destacados de la oferta danesa son:

Sindicatos fuertes y salarios negociados: En Dinamarca, alrededor del 70% de los trabajadores están sindicalizados, lo que asegura condiciones laborales estables y un salario mínimo efectivo que no requiere intervención estatal directa. Esto es una fuerte crítica a los problemas de desigualdad salarial que existen en EE. UU., donde los sindicatos tienen un poder mucho más limitado y los salarios mínimos son generalmente más bajos.

Estado de bienestar: Dinamarca tiene un sistema de salud pública universal y educación gratuita de calidad para todos sus ciudadanos, lo que contribuye a un alto nivel de desarrollo humano y calidad de vida. A la inversa, el sistema de salud en EE. UU. está profundamente marcado por la fragmentación y la dependencia de seguros privados, lo que genera desigualdades en el acceso a la atención médica.

Comparación en indicadores clave

• Esperanza de vida: Dinamarca tiene una esperanza de vida de 81.9 años frente a los 77.43 años de EE. UU.

• Mortalidad infantil: La tasa en Dinamarca es significativamente más baja (3,2 por cada 1,000 nacidos vivos frente a 6,4 en EE. UU.).

• Índice de Paz Global: Dinamarca ocupa el 4º puesto, mientras que EE. UU. está en el puesto 129º, lo que refleja las diferencias en el nivel de violencia y conflictos internos.

• Gasto Público en Salud: Dinamarca gasta el 17.78% de su PIB en salud, garantizando una cobertura universal para todos sus ciudadanos. En cambio, EE. UU. gasta más en salud (21.41%), pero con un sistema que no garantiza el acceso universal y donde los costos son más altos debido a los seguros privados, lo que genera exclusión para una parte significativa de la población.

• Inversión en educación: Además, Dinamarca también invierte significativamente más en educación pública (11.89% del PIB) que EE. UU. (5.44%), lo que contribuye a una mayor equidad en el acceso a la educación de calidad.

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