El papa Francisco pasó una noche tranquila, reporta la Santa Sede

El papa Francisco pasó una novena noche tranquila en el Hospital Gemelli de Roma, donde sigue siendo tratado por una neumonía bilateral, informó este domingo 23 de febrero la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

El Sumo Pontífice está recibiendo oxígeno de alto flujo a través de cánulas nasales mientras los médicos realizan más exámenes clínicos para monitorear su condición. Se espera que en las próximas horas se emita un nuevo boletín médico con más detalles.

El sábado, la Oficina de Prensa informó el estado del Papa Francisco era crítico, a pesar de estar en tratamiento, no estaba completamente fuera de peligro. Durante la mañana del 22 de febrerro, el Papa sufrió una crisis respiratoria asmática prolongada, lo que requirió la administración de oxígeno adicional.

Los análisis de sangre también mostraron que Francisco sufre de trombocitopenia, una condición relacionada con la anemia, que obligó a los médicos a realizarle transfusiones de sangre.

Sigue pronóstico reservado

Aunque más fatigado, el Papa continúa alerta y pasó el día sentado en un sillón. Aunque su pronóstico sigue siendo reservado, el Sumo Pontífice sigue mostrando su carácter habitual. En una reciente charla con los médicos, bromeó cuando un doctor lo saludó con “Hola, Santo Padre”, respondiendo con un “Hola, Santo Hijo”, destaca la Santa Sede este domingo.

En una conferencia de prensa realizada el viernes por la tarde, los médicos del Papa, el Dr. Sergio Alfieri y el Dr. Luigi Carbone, aseguraron que el Papa estaría hospitalizado al menos hasta la próxima semana.

Si bien afirmaron que el Papa no está en peligro de muerte, también subrayaron que su condición sigue siendo delicada. El doctor Alfieri confirmó que el Papa no está conectado a un respirador, aunque sus dificultades respiratorias siguen limitando sus movimientos.

A pesar de los riesgos, los médicos expresaron su confianza en que el Papa podría dejar el hospital en algún momento y regresar a Casa Santa Marta en el Vaticano. Sin embargo, sus problemas respiratorios crónicos continuarían, y uno de los mayores temores de los médicos es que los gérmenes de las vías respiratorias del Papa puedan provocar una infección más grave como la sepsis.

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