Españoles dicen basta: crece rechazo al turismo masivo
Ciudadanos en al menos ocho ciudades españolas se manifestaron este verano contra los efectos del turismo masivo: falta de vivienda, alza de precios y pérdida de identidad local

España, uno de los destinos más visitados del mundo, atraviesa un momento sin precedentes: el turismo ya no es motivo de orgullo nacional, sino de protesta social. Este verano, miles de ciudadanos se movilizaron contra lo que llaman “turistificación”, es decir, la transformación radical de sus ciudades por la llegada masiva de visitantes.
El 15 de junio se registraron manifestaciones en al menos ocho ciudades. Más de 10 mil personas marcharon en Palma de Mallorca. En Barcelona, grupos bloquearon hoteles y rociaron con agua a turistas. San Sebastián, Alicante, Málaga, Valencia, Sevilla y Cantabria también reportaron movilizaciones.
Crisis de vivienda: los turistas desplazan a los residentes
La falta de vivienda asequible, el aumento del alquiler y la transformación de los barrios en zonas exclusivamente turísticas han detonado la indignación social.
Solo entre 2022 y 2024, las viviendas turísticas crecieron 25% en todo el país, y casi 50% en Madrid. En Málaga, el incremento fue del 36%. Muchas operan fuera de la ley.
“We serve you beers but can’t pay the rent”, decía una pancarta en inglés durante la marcha en Alicante.

Barcelona, epicentro del hartazgo
Barcelona es hoy la ciudad más “turistificada” del planeta, con más turistas al año que Brasil y Australia juntos. Este verano, por cada 100 habitantes, hay 916 visitantes, según datos de El Mundo.
Las pancartas son contundentes:
“Este turismo es terrorismo”
“El turismo nos roba”
“Un turista más, un vecino menos”
La inflación también tiene acento turístico
El turismo masivo también eleva los precios generales. En julio, la inflación anual en España alcanzó 2.7%, impulsada por la demanda de alojamiento, transporte y alimentos.
Además, comerciantes denuncian que el nuevo turista consume menos: “Vienen con bocadillos del súper. No gastan nada”, declaró una mesera en Palma al diario As.
Reclamos y medidas
El movimiento social pide:
Limitar vuelos y cruceros
Frenar nuevas licencias de alojamientos turísticos
Proteger la vivienda para residentes
Algunas ciudades comienzan a reaccionar. Airbnb fue obligada a retirar 65 mil anuncios ilegales. Otras 55 mil propiedades fueron denunciadas por carecer de registro. En Barcelona, se imponen tarifas más altas a los cruceros que permanecen menos de 12 horas.
Un modelo en crisis
El turismo representa el 12% del PIB y genera más de dos millones de empleos. Sin embargo, muchos residentes afirman que no reciben los beneficios y solo padecen las consecuencias.
“No queremos eliminar el turismo”, afirman los colectivos. “Queremos cambiar el modelo. El turismo nos roba techo y futuro”.
Este verano, la postal de España ya no son solo playas llenas, sino vecinos hartos y pancartas hostiles en los balcones. El modelo turístico que fue símbolo de éxito económico, entra en crisis.
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