Fenómenos meteorológicos mortíferos, la realidad del cambio climático: Así inicia la COP29
La crisis climática es una realidad que debe ser abordada con urgencia
Los fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones devastadoras en España, huracanes mortales en Cuba y Florida, incendios forestales en Sudamérica y sequías extremas en la Amazonía, son solo algunos de los efectos visibles del cambio climático, cuyas consecuencias se están sintiendo en todo el mundo. Aunque estos eventos ocurrían en el pasado, el cambio climático los ha intensificado y acelerado, haciéndolos más frecuentes y destructivos. Esta realidad está poniendo de relieve la urgente necesidad de actuar y de financiar alternativas limpias a los combustibles fósiles.
La COP 29, que comenzó este 11 de noviembre en Bakú, Azerbaiyán, se celebra en un contexto crítico, con el aumento de la temperatura global acercándose peligrosamente al umbral de 1.5°C por encima de los niveles preindustriales. Según un informe reciente, si no se toman medidas inmediatas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el mundo podría enfrentar un aumento de entre 2.6 y 3.1°C en este siglo, lo que tendría efectos devastadores en todo el planeta.
La conferencia tiene como objetivo avanzar en las negociaciones globales para frenar este calentamiento global, y la financiación climática se ha convertido en uno de los puntos clave de la agenda. Los países en desarrollo, especialmente los más vulnerables al cambio climático, necesitan urgentemente los recursos para mitigar los efectos del calentamiento y adaptarse a las nuevas condiciones climáticas. La COP 29 tiene la responsabilidad de desbloquear los billones de dólares necesarios para hacer frente a estos desafíos.
¿Qué es la COP 29 y por qué es tan importante?
Las Conferencias de las Partes (COP) son el principal foro multilateral global donde los países se reúnen para discutir cómo abordar el cambio climático. Las COP han sido cruciales en la toma de decisiones clave, como el histórico Acuerdo de París en 2015, que estableció el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, y más recientemente, para revisar los avances y fortalecer los compromisos.
En COP 29, los negociadores se centrarán en temas cruciales como:
Financiación climática: Asegurar que todos los países, especialmente los más vulnerables, tengan los recursos necesarios para implementar medidas efectivas contra el cambio climático, como la reducción de emisiones y la construcción de comunidades resilientes.
Reformas en la arquitectura financiera internacional: La ONU y el Secretario General António Guterres han señalado que el sistema financiero actual es insuficiente para afrontar los desafíos del cambio climático. Muchos países en desarrollo enfrentan altos niveles de deuda que les impiden invertir en transición energética y en el bienestar de sus poblaciones.
Aunque las decisiones tomadas en las COP no siempre cumplen las expectativas de todos, estas conferencias son esenciales para avanzar en la lucha contra el cambio climático. La COP21 de 2015 marcó un hito con el Acuerdo de París, el cual sigue siendo el marco central de la política climática global. Los Planes Nacionales de Acción Climática (NDC) de cada país se actualizan cada cinco años, y la próxima actualización será en 2025. Este proceso, aunque gradual, está generando avances significativos hacia un futuro más sostenible.
¿Qué se espera en la COP 29?
Durante las dos semanas de la COP 29, se llevarán a cabo negociaciones intensas entre los representantes de los países, así como una serie de conferencias, mesas redondas y actos que involucrarán a diversos actores, desde líderes gubernamentales y científicos hasta pueblos indígenas y jóvenes activistas. Aunque las negociaciones suelen ser complejas y se extienden más allá de la fecha límite, el consenso alcanzado en estas conferencias sienta las bases para políticas internacionales clave.
Una de las metas prioritarias en Bakú será asegurar un nuevo objetivo de financiación climática, que permita a los países en desarrollo acceder a los recursos necesarios para cumplir con sus compromisos climáticos. Esto implica no solo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también adaptarse a los impactos ya inevitables del cambio climático.
Carrera por la energía limpia
Más allá de las negociaciones, existen señales esperanzadoras de que la transición hacia una energía limpia y renovable se está acelerando. Las energías eólica y solar están transformando rápidamente el sistema energético global, con precios que caen a niveles más bajos que los de los combustibles fósiles en muchos lugares. La adopción masiva de estas tecnologías está creando empleos y estimulando economías, y se espera que quienes inviertan en ellas hoy cosechen grandes beneficios en el futuro.
La transición energética no es solo una cuestión ambiental, sino también una oportunidad económica. Muchos países están comenzando a reconocer que invertir en energías limpias no solo es esencial para mitigar el cambio climático, sino también para garantizar un futuro sostenible para sus economías y sociedades.
Con información de ONU Noticias
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