No renovar con China y cooperar con deportaciones; lo que Panamá ofrece a EE.UU. en negociación
En una charla con el secretario de Estado estadounidenses, el presidente panameño ofreció cooperación
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, se reunió este domingo con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en un esfuerzo por suavizar las tensiones entre ambos países, después de las amenazas del presidente Donald Trump de tomar el control del Canal de Panamá en represalia por la supuesta influencia de China sobre la vía interoceánica.
Durante el encuentro, celebrado en el palacio presidencial de Las Garzas, Mulino describió la conversación como "respetuosa y cordial", y aprovechó la oportunidad para ofrecer su cooperación con Estados Unidos en el ámbito de la deportación de migrantes. Además, le informó a Rubio sobre su intención de no renovar el acuerdo de cooperación económica con China relacionado con la Nueva Ruta de la Seda, un proyecto clave en la política exterior china.
Rechazo a una amenaza militar de EE.UU.
En una rueda de prensa posterior al encuentro, Mulino reiteró que la soberanía de Panamá no está en duda, y negó que exista una amenaza real de intervención militar por parte de Estados Unidos. "No cabe duda de que el canal es operado por nuestro país y así seguirá siendo", afirmó el mandatario panameño, tratando de calmar las preocupaciones internas sobre las posibles acciones de Washington.
Mulino sugirió que la preocupación de Estados Unidos radica en los puertos de Balboa y Cristóbal, que se encuentran a ambos lados del canal y están operados por una empresa china. En este sentido, el presidente panameño destacó que se está llevando a cabo una auditoría exhaustiva de la gestión de los puertos y pidió esperar los resultados antes de tomar decisiones adicionales.
Por su parte, el secretario de Estado Marco Rubio adoptó un tono más firme, exigiendo cambios "inmediatos" en la gestión del canal debido a la presencia de China, la cual consideró que "viola" los tratados entre ambos países. Según un comunicado del Departamento de Estado, Rubio dejó en claro que este "statu quo" es inaceptable, advirtiendo que, de no realizarse los cambios solicitados, Estados Unidos tomaría las medidas necesarias para proteger sus derechos bajo el Tratado.
Canal de Panamá: un símbolo nacional y fuente de tensión
El Canal de Panamá ha sido un símbolo de la soberanía del país, especialmente tras su transferencia de control a Panamá el 31 de diciembre de 1999, tras los Tratados Torrijos-Carter de 1977. Este canal, que conecta el Océano Atlántico con el Pacífico, es vital para el comercio mundial, con un 3% del comercio global que transita por él.
El intervencionismo estadounidense está marcado por la invasión de Panamá en 1989, un tema que sigue siendo sensible en la memoria colectiva del país. Por esta razón, las amenazas de Trump de tomar el control del canal se perciben con gran alarma en la sociedad panameña.
Gira de Rubio y la cooperación migratoria
La visita de Rubio a Panamá forma parte de una gira más amplia por Centroamérica y el Caribe, con énfasis en la cooperación migratoria. Durante la reunión, Mulino y Rubio discutieron estrategias para frenar los flujos migratorios, especialmente los que cruzan la peligrosa selva del Darién, que sirve como frontera natural entre Panamá y Colombia.
El presidente de Panamá destacó las políticas migratorias implementadas por su gobierno, como los acuerdos de devolución de migrantes con Colombia, Ecuador e India, utilizando aviones financiados por Estados Unidos. Mulino también propuso ampliar estos acuerdos y ofrecer el uso del aeropuerto de Metetí, en la provincia de Darién, para facilitar la gestión de los flujos migratorios.
Sin embargo, uno de los principales obstáculos en el tema migratorio es la imposibilidad de deportar a los migrantes provenientes de Venezuela, debido a la falta de relaciones diplomáticas entre ambos países.
Además de las preocupaciones sobre el canal, uno de los objetivos clave de la gira de Rubio es concretar un acuerdo de "Tercer País Seguro" con El Salvador, lo que permitiría a Estados Unidos deportar a sus ciudadanos a dicho país. En este contexto, la relación con Panamá es crucial para la Administración de Trump, que busca gestionar de manera más eficiente los flujos migratorios y reducir las presiones en su frontera sur.
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