¿Quién era Juliana Marins? Muere la turista brasileña atrapada en volcán de Indonesia

Metzli Escalante 24 junio, 2025

Tragedia en Indonesia: Juliana Marins cayó en un volcán y murió esperando ser rescatada

 ©Especial. - Juliana Marins.

Juliana Marins soñaba con recorrer el mundo. Tenía 26 años, era publicista y había dejado su ciudad natal, Niterói —en la Región Metropolitana de Río de Janeiro—, para emprender una travesía por el Sudeste Asiático. Viajaba sola, mochila al hombro, y compartía en redes postales de playas exóticas, montañas, comidas típicas, clases de yoga y sesiones de pole dance. Se definía como una apasionada por los viajes y los deportes al aire libre.

Pero su aventura terminó en tragedia. El sábado 21 de junio, durante una excursión al monte Rinjani —el segundo volcán más alto de Indonesia, ubicado en la isla de Lombok—, Juliana cayó por un acantilado. Pasó más de tres días atrapada, sola, entre rocas volcánicas, sin posibilidad de ser rescatada a tiempo. Este martes 24 de junio los equipos de búsqueda confirmaron su muerte.

El accidente en el volcán Rinjani

Juliana formaba parte de un grupo de excursionistas que ascendía al monte Rinjani con ayuda de un guía local. Según relató su hermana Marianna Marins al medio brasileño Fantástico, el grupo se dividió durante el segundo día de caminata: Juliana, cansada, pidió detenerse, pero el guía decidió continuar sin ella. Nadie volvió. Cuando intentaron regresar por ella, ya había caído.

La caída ocurrió en la zona de Cemara Nunggal, a una altitud de entre 2,600 y 3,000 metros. Testigos reportaron haber escuchado gritos de auxilio y drones lograron captar imágenes de Juliana consciente y moviéndose. Sin embargo, el clima extremo, la neblina densa y el terreno inestable obstaculizaron su rescate.

La joven quedó atrapada a unos 490 metros de profundidad en una zona rocosa. Las condiciones eran tan peligrosas que los rescatistas tuvieron que suspender varias veces el operativo. No era posible acceder en helicóptero y las cuerdas no se anclaban debido a la arena volcánica suelta.

Una operación de rescate frustrada

Durante días, la familia de Juliana impulsó una campaña internacional para acelerar el rescate. Desde una cuenta de Instagram creada especialmente —@resgatejulianamarins— compartieron actualizaciones, pidieron ayuda y agradecieron los mensajes de apoyo. La presión en redes aumentó al saberse que aún estaba viva.

“El equipo de rescate consiguió llegar hasta el lugar donde Juliana Marins estaba. Con inmensa tristeza informamos que ella no resistió. Estamos muy agradecidos por todas las oraciones y los mensajes de cariño, escribió su familia el martes en la publicación que confirmó su muerte.

El gobierno de Brasil también emitió un comunicado: “Después de cuatro días de trabajo obstaculizados por las condiciones climáticas adversas, el terreno y la visibilidad, los equipos de la Agencia de Búsqueda y Rescate de Indonesia encontraron el cuerpo de la turista brasileña. Aún no se ha confirmado oficialmente la causa de la muerte.

Una vida dedicada a la aventura

Juliana Marins había iniciado su viaje en febrero de este año. En sus redes sociales había documentado su paso por Filipinas, Vietnam, Tailandia e Indonesia. Publicaba videos sobre sus recorridos en moto, bailes, experiencias gastronómicas y actividades deportivas.

En Brasil, trabajaba como publicista, pero había decidido tomarse un tiempo para descubrir otras culturas, vivir nuevas experiencias y conectar con la naturaleza. Su historia, relatada con entusiasmo y belleza en sus redes, inspiraba a muchos jóvenes viajeros.

Su trágico final generó conmoción, sobre todo en su país natal. Amigos, familiares y desconocidos se volcaron en redes para despedirla. Las dudas sobre la actuación del guía local y la lentitud del operativo de rescate también provocaron críticas y pedidos de justicia.

Una historia que tocó al mundo

El accidente de Juliana expuso no solo la fragilidad de quienes viajan solos, sino también los riesgos de las excursiones a destinos extremos sin garantías mínimas de seguridad. Su familia denunció contradicciones en los reportes oficiales y pidió investigar por qué el rescate falló, incluso cuando había señales claras de que la joven seguía con vida.

“Juliana no sabía adónde ir, no sabía qué hacer”, dijo su hermana. “La abandonaron”.

La tragedia de Juliana Marins recuerda que detrás de cada mochilera hay una historia, una familia, una vida en movimiento. Y también una advertencia sobre los límites entre el sueño de explorar el mundo y los peligros que aún lo habitan.

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