A Astrid Cruz la asesinó su expareja con un martillo, el sujeto mató también a su pequeño hijo; el asesino está prófugo

Metzli Escalante 6 marzo, 2025

Astrid Noemí y su hijo, asesinados en Zapopan; el presunto feminicida, Eduardo Salvador Granados Palma, ya había matado antes

 ©Especial. - Eduardo Granados Palma y Astrid Cruz con sus hijos.

El feminicidio de Astrid Cruz, de 37 años, y el homicidio de su hijo Ángel Fernando, de 16, ha conmocionado a Jalisco y a todo México. El crimen ocurrió el pasado lunes 3 de marzo en el fraccionamiento Capital Norte, en Zapopan, presuntamente a manos de Eduardo Salvador Granados Palma, expareja de la víctima, quien se encuentra prófugo.

Un feminicida reincidente: el pasado del agresor

El caso cobró mayor relevancia cuando se reveló que este no sería el primer crimen de Eduardo Salvador. En 2004, asesinó con un martillo a su entonces pareja Martha Berenice Melchor Meza en Culiacán, Sinaloa. Aunque fue condenado a 24 años de prisión, solo estuvo16 años y obtuvo su libertad en 2020.

Durante su reclusión, mantuvo una relación con otra mujer con quien tuvo una hija. Dos años después de su liberación, en 2022, su esposa murió en circunstancias no esclarecidas. Ahora, Astrid y su hijo han sido asesinados de la misma manera, lo que ha llevado a la familia a exigir que se reabran los casos previos y que se haga justicia.

 ©Captura de pantalla.

Así ocurrió el feminicidio de Astrid y su hijo

Según la investigación de la Fiscalía de Jalisco, el crimen ocurrió mientras Astrid y sus hijos se preparaban para mudarse, alejándose del agresor, quien la violentaba física y psicológicamente.

Antes del ataque, Astrid recibió mensajes de Eduardo, en los que aseguraba que se iría de viaje y destruiría su celular. También envió un correo indicando que sabía la nueva dirección a la que ella se mudaría.

Poco después, Eduardo irrumpió en la vivienda y atacó brutalmente a Astrid y a su hijo Ángel Fernando con un martillo, provocándoles la muerte. También dejó gravemente herida a Isabela, de 9 años, quien actualmente se encuentra hospitalizada en estado crítico.

El feminicida intentó borrar evidencia utilizando el celular de Astrid para responder mensajes y simular que ella aún estaba con vida. Sin embargo, sus amigas notaron incoherencias en los textos y acudieron al domicilio, donde encontraron los cuerpos maniatados y con signos de extrema violencia.

Impunidad y crisis de feminicidios en México

Este crimen se suma a la alarmante crisis de violencia de género en México. Hasta el 31 de enero de 2025, se reportaron 54 feminicidios en solo un mes, siendo Ciudad de México la entidad con mayor número de víctimas, con 7 asesinatos de mujeres.

A nivel nacional, el Informe de Seguridad del Gobierno reportó 26,715 homicidios en 2024. En cuanto a feminicidios, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública documentó 733 casos entre enero y noviembre, aunque organizaciones como el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio advierten que la cifra real podría ser el doble.

Autoridades buscan al agresor; colectivos exigen justicia

El gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, condenó los hechos y aseguró que las autoridades tienen indicios sobre el paradero del agresor. "Es un delincuente, lo tenemos que capturar. Está fuera de Jalisco, pero estamos colaborando con otras fiscalías para localizarlo", declaró.

Familiares, amigos y colectivos feministas han convocado protestas para exigir justicia por Astrid y su hijo. Anunciaron que, de no haber avances antes del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se manifestarán en Casa Jalisco hasta lograr su detención.

Un feminicida que nunca debió salir de prisión

Antes del feminicidio de Astrid, Eduardo Salvador se había convertido en un personaje conocido en círculos de seguridad, siendo fundador de la empresa Grapesa International y presidente nacional de la organización Mexicanos Uniformados.

Actualmente, las autoridades han recibido reportes que indican que el agresor podría estar oculto en Ciudad de México o en Culiacán. Por segunda vez, es un fugitivo, aunque nunca debió haber salido de prisión.

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