Bloqueos del campo ya golpean a la industria: su impacto en la economía nacional
Los agricultores exigen un precio justo para el maíz, cuyo valor internacional ha caído cerca del 20% en lo que va del año
Las protestas agrícolas registradas esta semana en diversas carreteras del país están comenzando a generar efectos visibles en la industria mexicana. La firma Audi México anunció que suspendió temporalmente sus operaciones en Puebla debido a los bloqueos realizados por agricultores en estados como Jalisco, Michoacán y Guanajuato.
"Debido a los bloqueos registrados en diversas autopistas y vías férreas del país, Audi México ha suspendido sus operaciones", dijo la empresa mediante un comunicado.
De la carretera a la línea de producción
La planta de Audi en Puebla, en la que laboran más de 5 000 empleados y que ha alcanzado la producción acumulada de más de un millón de unidades desde su inauguración, enfrenta ahora un paro imprevisto.
En 2022 produjo más de 178 000 unidades, principalmente del modelo Q5. Suspender la producción no solo implica pérdidas para la empresa, sino también para la cadena de suministro local, la logística, la industria de autopartes y los salarios de los trabajadores.
El origen de la protesta
Los agricultores exigen un precio justo para el maíz, cuyo valor internacional ha caído cerca del 20 % en lo que va del año. Al sentirse afectados, bloquearon carreteras y peajes en demanda de que el gobierno federal intervenga en la fijación de precios. Estas protestas han interrumpido el tránsito de insumos, materiales, trabajadores y productos terminados que circulan hacia y desde las fábricas.
Efectos en la economía productiva
Los bloqueos representan un costo directo, comenzando por los paros en plantas de manufactura automotriz y otras industrias que dependen de insumos el campo o de la logística terrestre.
En consecuencia, vemos Incrementos en los costos de transporte y almacenamiento al tener que usar rutas alternas o esperar la liberación de vías.
Además, hay incertidumbre para inversionistas y empresas que requieren cadenas productivas estables, lo que puede derivar en la reducción del crecimiento en sectores clave y con ello impactar en el crecimiento económico general del país.
Hacia una solución coordinada
Para evitar que una crisis agrícola se vuelva también una crisis industrial, analistas recomiendan:
Establecer mecanismos de diálogo rápido entre gobierno, productores y empresas para definir precios base y evitar bloqueos.
Diversificar las rutas logísticas y fortalecer el transporte intermodal para reducir vulnerabilidades.
Incentivar la modernización del sector agrícola para reducir su dependencia del precio internacional y mejorar su competitividad.
Crear fondos de contingencia para la industria cuando bloqueos afectan la operación y los trabajadores.
La protesta de los agricultores dejó de ser un problema exclusivo del campo: ahora la industria y la economía productiva mexicana tienen la cuenta al frente. La pregunta es si las autoridades y los involucrados están dispuestos a actuar con la rapidez que exige la cadena productiva.