Crisis de desaparecidos: Con cerdos vestidos, satélites y drones buscan fosas clandestinas

Redacción 31 julio, 2025

Con más de 130,000 personas desaparecidas, científicos en México experimentan con alta tecnología

 ©Cuartoscuro. - Ciencia forense mexicana para buscar desaparecidos.

Desde la Guerra Sucia empezaron las desapariciones en México, con el avance del crimen organizado se han convertido en una constante que lacera familias, causando un dolor inimaginable, pues desaparecen personas inocentes, niños, adultos y familias enteras. Esta crisis ha desatado otra: la de las fosas clandestinas. encontrarlas es una labor titánica, que en su mayoría hacen los colectivos buscadores, por ello la ciencia forense evoluciona para facilitar su trabajo. 

En un rancho del occidente de México, investigadores gubernamentales visten, descuartizan, entierran o queman cerdos muertos. Algunos cuerpos se colocan en bolsas de plástico; otros se cubren con cal o mantas, como si se tratara de una escena del crimen. Luego, esperan. Observan cómo se descomponen, reporta Associated Press.

Estos cerdos no están allí por azar. Son sustitutos biológicos de seres humanos en un experimento científico que busca comprender cómo encontrar fosas clandestinas en uno de los países con más desaparecidos del mundo: México.

México y una crisis de desapariciones

Desde que en 2006 el entonces presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva militar contra los cárteles del narcotráfico, México ha enfrentado un aumento vertiginoso de personas desaparecidas. A la fecha, el número supera los 130,000 casos registrados oficialmente, con más de 6,000 fosas clandestinas localizadas desde 2007. La mayoría de las víctimas fueron desaparecidas por grupos criminales con el respaldo —o la indiferencia— de autoridades locales.

En muchos casos, las búsquedas no las realiza el Estado, sino los familiares. Padres y madres recorren territorios controlados por el crimen organizado, armados con varillas metálicas y guiados por testimonios anónimos, en busca de señales del "olor a muerte".

Tecnología al servicio de la búsqueda

Ante la magnitud del problema, un grupo de científicos mexicanos y extranjeros lidera un proyecto innovador que combina mapeo satelital, análisis geofísico, drones y estudios biológicos para mejorar la localización de fosas comunes. El experimento utiliza cerdos debido a su similitud fisiológica con los humanos: comparten alrededor del 98% del ADN y tienen una estructura corporal comparable.

El proyecto fue lanzado en 2023 y es liderado por el instituto federal CentroGeo, en colaboración con la Universidad de Guadalajara, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad de Oxford y la Comisión de Búsqueda de Personas del estado de Jalisco.

“Estamos aquí por los desaparecidos de Jalisco”, dijo José Luis Silván, científico principal del proyecto. Con más de 15,500 personas reportadas como desaparecidas, Jalisco encabeza la lista nacional.

¿Cómo funciona el experimento?

En un predio resguardado, los investigadores han enterrado más de una docena de cerdos en diferentes condiciones: con cal, con mantas, quemados, descuartizados, individualmente o en grupo. Sobre esas tumbas experimentales vuelan drones colombianos equipados con cámaras hiperespectrales, que detectan variaciones en el terreno causadas por sustancias como nitrógeno o fósforo, liberadas durante la descomposición.

También se usan drones térmicos, escáneres láser y sensores eléctricos para registrar cambios en la temperatura, densidad del suelo y composición del entorno. Algunos cadáveres se observan en tiempo real a través de paneles acrílicos.

“La ciencia debe ser útil, no quedarse en el laboratorio”, explicó Silván. “Lo que aprendemos aquí tiene que aplicarse de inmediato, porque las familias lo necesitan con urgencia”.

El conocimiento de las familias

La experiencia de las familias ha sido crucial. Madres buscadoras invitadas a visitar el campo de pruebas lograron identificar tumbas sin marcar solo con observar la flora, el suelo y las alteraciones del paisaje.

“El conocimiento fluye en ambas direcciones”, afirmó Silván.

Muchas madres notaron que en algunas tumbas crecen flores amarillas específicas, como respuesta al fósforo liberado por los cadáveres. Algunas también identificaron árboles con raíces verticales como posibles marcadores de entierros clandestinos, ya que ofrecen sombra durante las excavaciones.

Límites y posibilidades

Los científicos aclaran que la tecnología no es una solución mágica. “El 90% de los hallazgos siguen ocurriendo gracias a testigos y excavación directa”, dijo Derek Congram, antropólogo forense canadiense que asesora el proyecto.

A pesar de ello, el enfoque multitécnico ya ha dado resultados preliminares. La Comisión de Búsqueda de Jalisco aplica drones térmicos y escáneres multiespectrales en operativos reales junto a familias.

Sin embargo, queda la duda sobre si otras entidades del país podrán implementar estas herramientas, debido a la falta de presupuesto o voluntad política.

“¿De qué sirve la ciencia si no resuelve problemas urgentes?”, cuestionó Silván.

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