Cuando el Grito se tiñó de sangre: los granadazos de Morelia y la herida del 15 de septiembre
Los granadazos en la capital michoacana dejaron al menos menos 8 muertos y más de 100 heridos

México es tierra de fiesta, música y reuniones familiares, donde cada fecha se convierte en motivo de celebración. Entre todas, el 15 de septiembre ocupa un lugar especial: la noche del Grito de Independencia, cuando el país entero se viste de verde, blanco y rojo. Sin embargo, no todas las familias lo viven con alegría; para decenas en Morelia, Michoacán, esta fecha dejó de ser sinónimo de fiesta desde 2008 tras los granadazos frente a Palacio de Gobierno.
La noche del 15 de septiembre de 2008 transformó una histórica celebración del Grito de Independencia en una tragedia. Mientras el gobernador Leonel Godoy Rangel entonaba los vivas en la plaza Melchor Ocampo (a un costado de la emblemática catedral de cantera rosa) dos granadas de fragmentación estallaron entre la multitud, provocando al menos 8 muertos y más de 100 heridos.
Eran cerca de las 23:00 horas cuando detonaron las granadas; una en la plaza y otra en una calle cercana, lo que generó pánico, estampidas y heridas severas.
¿Quién estuvo detrás de los granadazos del 15 de septiembre en Morelia?
Las primeras investigaciones apuntaron a la Familia Michoacana como posible autora del ataque, aunque el grupo se deslindó públicamente. Por su parte, Los Zetas también rechazaron responsabilidad y señalaron a “La Familia” como responsable.
Primer atentado terrorista en México
El suceso marcó un antes y un después: se convirtió en el primer atentado terrorista de esta naturaleza en un acto cívico en México, y elevó los temores sobre el poder del crimen organizado en pleno centro simbólico del país.
La impunidad exacerbó el dolor. Tres personas fueron detenidas poco después, aunque afirmaron haber sido torturadas para inculparse y fueron liberadas años después tras un amparo. Hasta la fecha, ninguno de los autores reales ha sido identificado oficialmente.
Diecisiete años después, en ese mismo espacio, familiares y víctimas se reúnen cada 15 de septiembre para ofrendar flores y exigir justicia, mientras la herida permanece abierta en el corazón de Morelia.