De Chilpancingo a Tabasco: los focos rojos de la violencia en el inicio del sexenio
El mandato de Sheinbaum comenzó lleno de buenas intenciones, pero se requiere de algo más para frenar al monstruo del crimen organizado
Desde hace décadas el narco se ha incrustado en el país, de manera tan gradual, que cuando fue notorio parecía demasiado tarde, los esfuerzos por combatirlo están desde hace mucho, pero nada para la violencia, los focos rojos se encienden en distintos lugares. En ese contexto comenzó el sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum, el inicio de una nueva página en la historia de México, pero que arrastra cánceres que parecen imposibles de erradicar.
Mientras la sangre se derrama en distintos puntos del país, se erigen nuevos gobiernos, pareciera que la narcoviolencia les es ajena, por ello frenarla es el gran reto que Sheinbaum tiene, pues se le entregó un país mancillado, que se ha heredado de mandato en mandato.
La presidenta presentó un plan de seguridad que ha sido bien recibido, se cree que podrá ser exitoso, auque los especialistas consideran que dejó fuera un punto importante que rige parte de la realidad mexicana: el dominio territorial del crimen organizado.
Y es justo ese dominio el que se busca con las narcoguerras, pero a la situación actual se suma una venganza, así, el país está literalmente en llamas, pues los narcobloqueos son una constante. Y aunque esto podría interpretarse como una triste cotidianeidad, lo cierto es que hay varios focos rojos de la violencia en el inicio del sexenio.
El inicio y lo que estaba antes
Es de señalarse que el sexenio comenzó con un hecho violento que traspasó fronteras internacionales, pues las víctimas fueron migrantes de distintas nacionalidades. Por si fuera poco, el ejecutor del crimen fue nada menos que el Ejército mexicano, lo que hizo resurgir el tema de la militarización del país y trajo a la memoria otras atrocidades cometidas por militares.
Si bien el asesinato de seis migrantes no fue propiamente producto de la narcoviolencia, sí tuvo que ver con el crimen organizado de manera indirecta, pues los soldados aseguraron que confundieron la camioneta en la que viajaban los indocumentados con las que usan los grupos delictivos que operan en Chiapas.
Y es Chiapas uno de los estados donde el crimen organizado ha secuestrado a comunidades enteras, provocando éxodos a la vecina Guatemala y la petición internacional de parar la violencia generada por el narco, un asunto pendiente hasta el día de hoy.
Otro sitio que arde por la violencia es Sinaloa, principalmente Culiacán, donde la guerra interna del Cártel de Sinaloa ha causado casi 200 muertes en un mes, además de narcobloqueos, balaceras y otras situaciones que perjudican la vida de la población.
Al tercer día de su mandato, Los Chapitos dejaron una narcomanta dirigida a la presidenta, diciendo que un grupo criminal quería expandirse allí, señalaron que antes hicieron un baño de sangre en Durango, de manera indirecta le pidieron su intervención. La facción comandada por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, están en guerra con La Mayiza, esto desde el presunto secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada, que derivó en su detención en El Paso, Texas, el pasado 25 de julio.
Sinaloa es otro de los grandes retos que se presentan a esta administración, aunque el gabinete de Seguridad visitó el lugar y se reforzó la seguridad, la narcoviolencia no para.
Chilpancingo y Tabasco
No había pasado ni una semana de que Sheinbaum asumió el cargo cuando el secretario general del Ayuntamiento de Chilpancingo, Francisco Tapia fue asesinado a balazos en pleno centro del lugar. Pero la hecatombe llegó días después, cuando el alcalde de la capital guerrerense, Alejandro Arcos, fue decapitado y su extremidad cefálica exhibida como trofeo en el techo de una camioneta en cuyo interior estaba su cuerpo.
Sin duda, un sello característico del crimen organizado, que cabe señalar lleva meses asolando a Chilpancingo, matando a los transportistas y a cualquiera que se niegue a cooperar con ellos. También la seguridad fue reforzada en el sitio, pero la deuda con los pobladores no está saldada, aún queda mucha justicia por hacer y paz por devolver.
No bien pasaron dos días de que se presentó la Estrategia Nacional de Seguridad cuando la violencia estalló en otro sitio, esta vez en Villahermosa, Tabasco, donde hubo un ataque armado a policías, incendio a negocios y vehículos, así como narcobloqueos. Las imágenes difundidas en redes sociales dieron cuenta del horror que se estaba viviendo.
Se desplegó un operativo y la situación se controló, pero fue una muestra de que “el diablo” está suelto, esperando atacar en cualquier momento y una sola oración no basta, hay que sacarlo de raíz.
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