Del descubrimiento del horror en el Rancho Izaguirre a la exclusión de los peritajes; el calvario de los buscadores
Tras encontrar el presunto campo de exterminio y una esperanza de dar con sus seres queridos, se les prohibió entrar al sitio e incluso se les criminalizó

Una llamada anónima al colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco fue el inicio de un descubrimiento que ha horrorizado a México y el mundo, pues cuando los integrantes se dirigieron al lugar señalado, llamado Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, encontraron un sitio que concentra los horrores del crimen organizado y el dolor de la desaparición de personas, pues el lugar era presuntamente utilizados como un campo de exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
No era la primera vez que el lugar se convertía en noticia, en 2024 las autoridades de Jalisco ya habían intervenido el sitio, deteniendo a 10 presuntos delincuentes, liberando a dos víctimas de secuestro y hallando a una víctima mortal. Como en todos los casos de violencia, el Rancho Izaguirre quedó bajo resguardo de las autoridades, o al menos así debió haber sido, pero cuando el colectivo llegó, la realidad era muy distinta a lo que debió ser.
Acostumbrados a buscar con sus propias manos los restos de los desaparecidos y con herramientas especializadas, aunque rudimentarias, los buscadores comenzaron a explorar el lugar, encontrando al menos dos estructuras con restos humanos carbonizados, los cuales describieron como crematorios clandestinos. Testimonios de sobrevivientes confirmaron que sí lo eran e incluso dieron detalles de su funcionamiento.
Otras exploraciones en el Rancho Izaguirre
El horror que se vivió en el Rancho Izaguirreno era algo nuevo, Ceci Flores compartió en sus redes sociales que el colectivo Madres Buscadoras de Jalisco había estado en el lugar, mostrando la ropa y pertenencias encontradas, pues eso es una herramienta importante para identificar a posibles víctimas o personas que lamentablemente fueron asesinadas, convirtiendo así la ropa en una esperanza.
La diferencia de aquella exploración a la más reciente fue el hallazgo de los restos humanos, que los criminales se encargaron de minimizarlos al punto de casi pasar desapercibidos. La labor de los Guerreros Buscadores, encabezados por Indira Navarro, es de suma importancia y dejó al descubierto el sitio calificado como “el infierno en la tierra”.
Investigación de las autoridades
La Fiscalía General del Estado de Jalisco comenzó a realizar las indagatorias correspondientes, días después del hallazgo, ocurrido el 7 de marzo, el fiscal dijo que se habían encontrado seis lotes con restos óseos, dos cuando el lugar fue intervenido en 2024, y cuatro con la acción del colectivo.
Tanto el gobernador de Jalisco, Pablito Lemus, como el fiscal estatal se comprometieron a investigar a fondo y no permitir que hubiera impunidad en el caso que laceró profundamente al país. Sin embargo, un primer desencuentro se presentó, pues el fiscal dijo que no había indicios de que hubiera hornos crematorios en el lugar, pese a que se había informado de restos óseos con exposición térmica.
“No son hornos de pan”
Tras esas declaraciones y que la investigación fuera tomada por la Fiscalía General de la república, encabezada por Alejandro Gertz Manero, quien también dijo que debían corroborar “que realmente hubiera en el sitio hornos crematorios”, lo que empezó a generar que se dudara de lo allí encontrado e incluso se acusara de golpeteo político.
"Esperaban encontrar unas estructuras, digamos, unos hornos como donde hacen el pan, pero desgraciadamente, aquí no se maneja así", declaró Raúl Servín, miembro de Guerreros Buscadores, quien agregó que los hornos en Jalisco son construidos de manera improvisada, especialmente para la quema de personas.
Según lo que relató en entrevista con Ciro Gómez Leyva para Radio Fórmula, los hornos en el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, contienen restos humanos ya quemados sobre la superficie de piedra. Describió que se utilizan ladrillos, colocando entre tres y cinco ladrillos alrededor de una estructura para luego introducir los cuerpos y proceder a su incineración.
El testimonio de las madres buscadoras, quienes han estado documentando la situación, refuerza la denuncia sobre la brutalidad en el Rancho Izaguirre. Colectivos señalaron que los hornos crematorios eran visibles, y que los alrededores estaban llenos de ropa, zapatos, esposas, cadenas y casquillos de balas, además de evidencias de tortura en los baños del lugar. Estas señales de violencia dejan claro, según los testimonios, que los hornos no se usaban únicamente para cremaciones comunes, sino para la desaparición y eliminación de personas.
La exclusión de los buscadores de los peritajes
Además, Servín comentó sobre la interrupción de las labores de investigación. El colectivo de las madres buscadoras había estado dando seguimiento a estos hornos, pero la Fiscalía General de la República (FGR) excluyó su participación en la zona, tras un comunicado que restringió el acceso a sólo personal autorizado de las autoridades gubernamentales.
"No sé si tratan de esconder algo, porque es imposible que nos quiten ese derecho que tenemos como familiares de personas desaparecidas", afirmó Servín.
Ante esta situación, Indira Navarro, presidenta de Guerreros Buscadores de Jalisco, pidió la intervención de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), pues considera que es violatorio a sus derechos se les prohiba la entrada.
Y esta decisión no solo afecta al colectivo que ya estaba presente en el lugar, también a otros que viajarían a Teuchitlán a buscar algún indicio de sus seres amados, según constató Guillermo Ortega Digital, pues ahora no se les permite el acceso al sitio.
Por último, Servín respondió al comentario del presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, quien minimizó la situación. "No es un buen comentario, porque por algo estaba todo el calzado y las vestimentas saliendo a la luz", concluyó, insistiendo en que las pruebas son claras y no pueden ser ignoradas.
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