“Si alguien lloraba lo echaban a los cerdos”, surge otro testimonio del horror del Rancho Izaguirre

Mabel González 12 marzo, 2025

Los sobrevivientes del campo de exterminio han dado la información de cómo operaba el lugar

 ©Cuartoscuro. - Más testimonios muestran los horrores del Rancho Izaguirre.

Poco a poco se han ido revelando los horrores del campo de exterminio del Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco. Las imágenes de los vestigios del sufrimiento de quienes allí estuvieron se quedan cortas con lo que se vivió en ese lugar. Indira Navarro líder del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, compartió parte del testimonio de una sobreviviente  de aquel infierno. 

‘María’, nombre ficticio de la joven que la llamó tras darse a conocer la noticia del descubrimiento del campo de exterminio, le narró cosas que “nunca imaginó” y aunque Navarro se considera una mujer fuerte, lo que escuchó la ha consternado de gran manera. En el testimonio de la víctima, se supo otro horror del sitio: dejaban que los cerdos se comieran a los reclutas. 

“Cuando una persona lloraba la aventaban a los cerdos, los cuales se los comían a pedazos. También tuvieron leones”, dijo Navarro sobre el testimonio, en entrevista con Adela Micha. 

Lo que vivió ‘María’ allí no la deja dormir en la actualidad, solo puede hacerlo de día. La sobreviviente también habló de la supuesta colusión del crimen organizado con varios sectores de la sociedad, como los empresarios, que llegaban y les pedían “encargarse” de quienes “se ponían pesados”. 

El infierno en la tierra

Una oferta de empleo, el sueño de una vida mejor, era el anzuelo para el reclutamiento forzado, así llegó ‘María’ y muchos otros, pero lo que sus ojos vieron va más allá de lo que cualquiera pudiera imaginar, ni en las películas más crudas se ha visto. 

Médicos que abrían a los muertos, experimentaban con ellos, con sus órganos. Toda clase de torturas y pedofilia es algo de lo que en el Rancho Izaguirre. Algunos de los encargados del lugar tenían gusto por los menores y lo satisfacían allí mismo, niñas eran llevadas para ellos. 

Para evitar que los reclutas escaparan, les colocaban uniformes color naranja, si alguien se iba lo mataban. La testigo no especificó cómo escapó, pero dijo que aún ahora teme por su vida. Estuvo tres años en aquel campo de exterminio. 

Aunque no ahondó en el tema, Navarro explicó que la testigo habló de la colusión de las autoridades con los criminales, lo que permitió que el sitio operara con total impunidad, pues dijo que desde 2012 estaba en funcionamiento. 

Pero el descubrimiento de este lugar no es la conclusión del horror, pues ‘María’ les dijo que hay muchos otros campos de exterminio. Tan solo en el tiempo que estuvo vio al menos 1,500 asesinatos. 

Otro sobreviviente dijo que el Rancho Izaguirre era conocido como “La escuelita” del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), pues el entrenamiento era en tres etapas. Así es que los que lograron salir con vida, llegaban a un lugar aún peor, la “Escuela” del cártel. 

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