Fentanilo, lujos y una red internacional: el caso de Ana Gabriela Rubio Zea
De defensora del medio ambiente a colaboradora del narcotráfico, así operaba la empresaria guatemalteca como socia del Cártel de Sinaloa
Ana Gabriela Rubio Zea, una joven empresaria guatemalteca de 32 años, vivía rodeada de lujos, viajes y marcas de prestigio. En sus redes sociales compartía fotografías que mostraban una vida de ensueño: desde playas paradisíacas hasta calles de grandes capitales como París, Roma y Nueva York. Sin embargo, detrás de esa fachada de glamour, se ocultaba una oscura realidad.
Rubio Zea fue señalada como una de las principales distribuidoras de precursores químicos para la fabricación de fentanilo, un opioide sintético que ha causado una grave crisis de salud pública en Estados Unidos. Según las autoridades, era una pieza clave para la célula delictiva liderada por los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán, conocida como “Los Chapitos”.
De emprendedora ecológica a intermediaria del crimen organizado
Ana Gabriela se presentó como una ambientalista preocupada por el planeta. A través de su empresa Igigi Technologies, promovía productos biodegradables y bolsas hechas a base de fécula de maíz bajo la marca I-ECO. Mientras hablaba de sostenibilidad, establecía contactos en China para importar químicos precursores de fentanilo.
Estos productos, enviados desde empresas asiáticas como Wuhan Shoukang Biological Technology y SK Biotech, llegaban a Guatemala camuflados en envases de alimentos o junto a sustancias legales. Desde ahí, los químicos eran enviados a México, donde “Los Chapitos” los utilizaban para la fabricación de la droga.
La conexión con “Los Chapitos”
El Departamento de Estado de EE.UU. ofreció una recompensa de un millón de dólares por información que llevara al paradero de Rubio Zea, quien se encargaba de negociar con proveedores y garantizar el tránsito seguro de los químicos por aduanas. Las autoridades estadounidenses afirman que su rol como intermediaria era crucial para la operación del Cártel de Sinaloa.
En una de sus fotografías subidas a su cuenta de Instagram escribió la frase: “¿Y quién soy? Ese es un secreto que nunca contaré”. Lo que no sabía era que autoridades estadounidenses le estaban siguiendo la pista y al cabo de unos años sus actividades criminales -que intentaba mantener bajo reserva- por fin saldrían a la luz.
Detención y extradición
El 17 de marzo de 2023, la vida de lujo de Ana Gabriela llegó a su fin. Al momento de su aseguramiento, Gaby portaba unos jeans de mezclilla azules y un suéter de una prestigiosa marca (Gucci). Su detención la efectuaron agentes antinarcóticos cuando la mujer de 32 años se encontraba a bordo de una camioneta con placas de circulación P-623 HBW sobre el bulevar Landívar.
Posteriormente, el 20 de julio, fue extraditada a Estados Unidos, donde enfrenta cargos por conspiración para distribuir más de 400 gramos de fentanilo y lavado de dinero.
Actualmente, Ana Gabriela Rubio Zea se encuentra en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, Nueva York, y espera su juicio. Aunque asegura ser inocente, las pruebas en su contra incluyen conversaciones intervenidas que podrían confirmar su vínculo con el Cártel de Sinaloa
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