“Mi hijo no desapareció, se lo llevaron”, el padre de Jeshua Cisneros exige investigar a policías

Ha pasado más de un mes de la desaparición de Jeshua Cisneros Lechuga, joven de 18 años visto por última vez la noche del 13 de noviembre en Cuautitlán Izcalli, Estado de México (Edomex). Desde entonces, su caso ha desatado una cadena de preguntas que, lejos de obtener respuestas, parecen multiplicarse.

En entrevista exclusiva para GuillermoOrtega.com, Luis Cisneros Arellano, padre del joven, habla con rabia y esperanza. Encabeza búsquedas, pega boletines, recorre desde cerros hasta canales de aguas negras. Insiste en una exigencia puntual: que se investigue directamente a los policías que patrullaban la zona donde desapareció su hijo.

Más de 20 operativos para encontrar a Jeshua Cisneros

De acuerdo con el Ayuntamiento de Cuautitlán Izcalli se han realizado al menos 20 operativos de búsqueda en coordinación con autoridades municipales, estatales y federales. Se han concentrado la última semana en canales de aguas negras y casas abandonadas frecuentadas por personas en situación de calle.

El miércoles 17 de diciembre la búsqueda se amplió al municipio de Tepotzotlán, con apoyo de su Célula de Búsqueda. Se realizaron patrullajes, pega de boletines y recorridos tanto en calles como en las faldas de los cerros.

“Como se ha dicho en muchas veces que Jeshua se ha visto aquí, se ha visto allá. Yo quisiera que mi hijo anduviera ahí vagando y que solo fuera un capricho, que no tendría por qué, porque es un niño de casa que no nos haría sufrir de esta manera, pero pues nos han dicho que se ha visto aquí, allá, entonces vamos a descarta”, explica Luis Cisneros.

La noche en que Jeshua desapareció

Luis Cisneros reconstruye la última vez que se vio a su hijo. Jeshua salió alrededor de las 22:30 o 22:40 de la noche del 13 de noviembre, desde la colonia Jardines de la Hacienda, tras estar en casa de un amigo.

“Tomó una mala decisión: se fue caminando. No avisó”.

Se dirigía hacia la colonia Arcos del Alba, donde vive su madre. Sin embargo, desapareció a la altura del Parque Industrial Cuamatla, en un tramo cercano a instalaciones de empresas como Alpura y Gatorade.

“Mi hijo no desapareció, se lo llevaron”, afirma su padre.

Según Luis Cisneros, cámaras del C4 muestran a Jeshua caminando solo, pero existe un tramo clave sin grabaciones. De acuerdo con la versión oficial, algunas cámaras “no funcionan”, “no graban hacia afuera” o están averiadas. Incluso, una de las empresas habría informado que sus cámaras no sirven desde hace más de seis meses.

El señalamiento que nadie quiere tocar

Lo que más inquieta a la familia Cisneros son los testimonios ciudadanos y la ausencia de una investigación clara sobre las patrullas que circulaban esa noche.

Luis asegura que recibió el testimonio directo de un hombre que, vía redes sociales, le envió un audio describiendo lo que vio:

"¿Sabes qué? Yo a esa hora iba pasando. Yo salgo de trabajar tarde, ese día salí muy tarde y me llamó mucho la atención porque la mochila de tu hijo se me hizo muy peculiar ya que es una mochila que yo usaba en mi tiempo, en mis tiempos de joven. Yo vi como la tenían abierta, un policía la tenía abierta revisando sus pertenencias y a él lo tenían sobre la patrulla, sobre el cofre de la patrulla, y lo estaban revisando, lo estaban haciendo visión corporal”.

Para Luis, la línea de investigación es clara: revisar las bitácoras, fatigas, GPS, cámaras corporales y tripulaciones de las patrullas asignadas a ese sector y horario.

“No es tan difícil. Los patrullajes se hacen por sectores. ¿Cuántas patrullas pueden haber pasado por ahí? Dos, tres. Revisen días, horarios, bitácoras. Eso es lo que pido”.

Afirma que incluso ha visto videos recientes de policías estatales actuando de forma irregular en la misma zona, material que asegura tener en su poder.

“Si no tienen nada que ver, me disculpo”.

Luis Cisneros aclara que no acusa sin pruebas, pero sí denuncia una omisión sistemática por parte de las autoridades para investigar esta línea.

“Cada vez que hago ruido, me llaman al diálogo. Pero nunca tocan el tema de los policías. Eso hace que uno sospeche”, señala.

Aun así, afirma:

“Si los investigan y me demuestran que no tuvieron nada que ver, yo me disculpo públicamente. Haré un video y pediré perdón. Pero que me muestren pruebas. Que se investiguen”.

Mientras tanto, el tiempo sigue pasando. Jeshua continúa desaparecido. Y su padre, como muchos otros en México, lucha contra algo más grande que la incertidumbre: el silencio institucional.

“La investigación que yo pido es simple: los policías que patrullaron esa noche. Esa es la línea que no quieren tocar. Y eso, en un país como el nuestro, preocupa”.

La búsqueda continúa. Y con ella, una exigencia que no se apaga: verdad, investigación y justicia.

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