Migrantes, desaparecidos y alto a la guerra: la otra cara de la Marcha LGBT+ en CDMX

Redacción 28 junio, 2025

La 47 marcha del orgullo LGBT+ alzó la voz ante injusticias sistémicas

 ©Efe - Las personas alzaron la voz por libertad y justicia.

Aunque dominada por música, alegría y pancartas coloridas, la 47ª Marcha del Orgullo LGBTTTIQAP+ en la capital mexicana también se convirtió en una poderosa plataforma de denuncia. Detrás de la celebración, miles de personas alzaron la voz para exigir justicia por personas desaparecidas, migrantes discriminados y crímenes de odio, además de sumar una consigna internacional: el alto a la guerra en Gaza.

Este 2025, la marcha se llevó a cabo bajo el lema "Ellas son el Pride", en un llamado a visibilizar a las mujeres trans, quienes siguen siendo uno de los sectores más vulnerables ante la violencia que enfrenta la comunidad LGBT+ en México.

Una marcha entre la fiesta y la protesta

La movilización partió del Ángel de la Independencia rumbo al Zócalo capitalino, donde la reguetonera mexicana Bellakath encabezó un concierto gratuito. Pero más allá del festejo, la jornada estuvo atravesada por mensajes de lucha.

 ©Efe - La marcha arrancó en el Ángel de la Independencia.

Entre los contingentes participantes, destacaron colectivos trans, agrupaciones laborales y culturales, familias diversas y organizaciones de personas migrantes y defensoras de derechos humanos.

Además, se llevó a cabo una contramarcha hacia la Embajada de Israel, en protesta por el conflicto armado en Gaza, donde diversas voces de la comunidad LGBT+ se solidarizaron con la población civil afectada y exigieron un alto al genocidio.

Desaparecidos y migrantes, en el centro de las exigencias

El comité organizador dedicó esta edición de la marcha a dos sectores invisibilizados: las mujeres trans y la comunidad migrante LGBTIQ+ en Estados Unidos.

“Nadie en el mundo tendría que ser objeto de persecución debido a su estatus migratorio”, declaró Angelo Diep, presidente del comité organizador.

También se hizo un llamado urgente por las más de 127.000 personas desaparecidas en México, con énfasis en aquellas que pertenecen a la diversidad sexual y que han desaparecido sin dejar rastro.

Testimonios de desigualdad y lucha cotidiana

Tania Barrón, mujer trans originaria de Tlalnepantla de Baz, denunció que, a pesar de haber logrado actualizar sus documentos legales, el sistema educativo aún le niega el derecho a modificar su historial académico.

“Es como si no hubiéramos estudiado”, lamentó.

Lina, química y maquillista capitalina, reflexionó sobre la desigualdad persistente fuera de las grandes ciudades, donde “no hay tanta apertura todavía” y muchas personas viven reprimidas por miedo a represalias.

“Conozco profesionales muy capacitados que no pueden expresarse por temor a burlas o perder su empleo”, dijo.

Ángel Álvarez, maestro de educación física, celebró los espacios de libertad conquistados por la comunidad, pero subrayó la falta de representación en ámbitos como el político, educativo y económico.

“Todavía nos falta representación en todos los niveles. No importa el género, sino la preparación profesional”, expresó.

Un llamado al gobierno: justicia y equidad

Durante la marcha, también hubo exigencias dirigidas directamente al Gobierno de Claudia Sheinbaum, a quien se le pidió ser “justo con todas las personas, sin importar su orientación sexual o identidad de género”.

Por su parte, el alcalde de Gustavo A. Madero, Ricardo Janecarlo Lozano, participó en la marcha y anunció la entrega de una tarjeta de apoyo económico a personas LGBT+ de su demarcación.

“Los derechos no se merecen, se ejercen”, expresó el funcionario, destacando también los avances legislativos en representación diversa.

Impacto económico y político

Además del impacto social, la Marcha del Orgullo dejó un fuerte impulso económico, con estimaciones de más de 5.500 millones de pesos (unos 275 millones de dólares) generados por el turismo y los eventos relacionados.

Sin embargo, para muchas personas asistentes, la cifra más importante no fue económica, sino simbólica: el número de vidas, causas y luchas que hoy encuentran eco en un movimiento que, más que una celebración, también es una trinchera de resistencia.