Miguel Cortés Miranda: los cabos sueltos tras la muerte del feminicida serial de Iztacalco
Murió en prisión Miguel Cortés: ¿quién responde por las mujeres que asesinó?

Miguel Cortés Miranda, el presunto feminicida serial de Iztacalco, murió este domingo en prisión tras una supuesta caída que derivó en un paro cardiorrespiratorio. Tenía una audiencia pendiente por los casos de dos de sus presuntas víctimas. Su muerte cierra de forma abrupta y frustrante uno de los casos más atroces de violencia de género en la capital mexicana y deja sin justicia a las familias de al menos siete mujeres.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México informó que Cortés, de 40 años, fue hallado con contusiones en su celda del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente. Personal penitenciario lo trasladó al área médica y posteriormente al Hospital General de Iztapalapa, donde fue declarado muerto. La causa preliminar: “paro cardiorrespiratorio”. Sin embargo, las circunstancias exactas de su muerte están bajo investigación.
Miguel Cortés fue detenido en abril de 2024 por el feminicidio de María José, una menor de 17 años, y el intento de asesinato de su madre, Casandra. El crimen ocurrió en la vivienda de ambas, vecinas del acusado, en la alcaldía Iztacalco. La brutalidad del ataque —y la evidencia hallada tras su arresto— reveló la magnitud de los crímenes: Cortés estaría relacionado con la desaparición y asesinato de al menos siete mujeres.
Tras su detención, las autoridades catearon el domicilio de Cortés. La escena fue escalofriante: huesos humanos, sangre, rastros biológicos, un serrucho, libretas, identificaciones, teléfonos celulares, discos compactos y una memoria USB. La Fiscalía de la Ciudad de México lo calificó entonces como un “posible feminicida serial”, cuya actividad habría pasado desapercibida por más de una década.
¿Quién era Miguel Cortés?

Cortés era químico fármaco biólogo, egresado del Instituto Politécnico Nacional. Durante años vivió una vida aparentemente normal, en un mismo inmueble donde convivía con algunas de sus víctimas. Vecinos y conocidos lo describían como “callado” y “retraído”. Nadie sospechó que detrás de esa fachada se escondía un asesino serial.
Las víctimas
Hasta ahora, la Fiscalía ha confirmado que seis mujeres fueron identificadas oficialmente como víctimas de Miguel Cortés. Además, se encontraron identificaciones de al menos cuatro mujeres más reportadas como desaparecidas, cuyos casos siguen bajo investigación.
Estas son las víctimas confirmadas:
Amairany Robledo González – desaparecida en 2012, cuando tenía 16 años, en la alcaldía Iztapalapa.
Karen Ornelas Baltazar – vista por última vez también en 2012, en la colonia Ex-Ejido de la Magdalena Mixhuca, en Iztacalco.
Frida Sofía Lima Rivera – desaparecida en 2015, a los 21 años, en la alcaldía Venustiano Carranza.
Viviana Elizabeth Garrido Ibarra – desaparecida en 2018 en Iztapalapa; su familia denunció la falta de seguimiento del caso desde el principio.
María José Castillo Calles – asesinada en abril de 2024; su caso destapó el perfil criminal de Miguel Cortés.
Víctima no identificada – cuyos restos fueron hallados en el inmueble del acusado, pero hasta ahora no ha sido reconocida públicamente.
Además, durante el cateo a su vivienda fueron localizadas identificaciones oficiales de otras mujeres desaparecidas:
Norma Elena O.
Cinthia Vanesa E.
Laura V.
Claudia Andrea A.
Estos casos siguen siendo revisados por la Fiscalía como posibles víctimas adicionales del presunto feminicida serial.
Un sistema que falló
El caso de Miguel Cortés evidencia la inoperancia de las instituciones de justicia y seguridad en la Ciudad de México. Pese a múltiples desapariciones en la zona, el feminicida operó durante años sin levantar sospechas. Su captura solo ocurrió tras un asesinato brutal cometido a plena luz del día, y gracias a la intervención de vecinos que escucharon los gritos.
La Fiscalía prometió un “castigo ejemplar”. En cambio, las víctimas y sus familias se quedan con un cierre abrupto, sin proceso penal, sin juicio y sin verdad.
La Fiscalía capitalina informó que ha abierto una investigación para esclarecer las causas de la muerte de Miguel Cortés. Pero más allá del informe forense, queda un vacío profundo en la justicia mexicana: siete mujeres fueron asesinadas —algunas desaparecidas durante años— sin que el Estado actuara a tiempo.
Sus nombres, sus vidas y sus historias no pueden terminar con un parte médico. Las familias merecen saber la verdad, y el país, garantías de no repetición.
La muerte de Miguel Cortés podría evitar que se conozcan todos los detalles sobre los crímenes que cometió. Es probable que muchas víctimas no estén aún identificadas, y sin el juicio, las pruebas recopiladas podrían no ser suficientes para cerrarle el caso a cada familia.
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