Muere desconocida con tatuaje de corazón tras explosión de pipa en Iztapalapa, sigue sin ser identificada

Redacción 16 septiembre, 2025

Autoridades siguen buscando a familiares de la mujer

 ©Cuartoscuro. - La joven no ha sido identificada en el hospital.

La tragedia del Puente de La Concordia, en Iztapalapa, continúa dejando víctimas mortales. Entre ellas está una mujer que falleció en total soledad, sin que hasta el momento se conozca su identidad.

La joven fue trasladada grave al Hospital Magdalena de las Salinas, en la Unidad Victorio de la Fuente, tras sufrir quemaduras en el 80% de su cuerpo. Su condición era tan crítica que los médicos, en un esfuerzo por localizar a familiares o conocidos, difundieron la fotografía de un tatuaje con la palabra “Laurel”, única seña visible que pudiera servir para identificarla.

Muere mujer en calidad de desconocida

A pesar de esos intentos, nadie acudió a buscarla ni se presentó en el hospital para preguntar por ella. Su edad exacta es incierta: los especialistas descartan que fuera una niña o una persona de la tercera edad, pero estiman que podría tener entre 15 y 50 años, lo que vuelve aún más difícil dar con datos certeros.

Su fallecimiento se suma a la lista de 17 víctimas mortales del siniestro, de acuerdo con las autoridades capitalinas.

¿Quién es la mujer que falleció?

Entre los testimonios recabados en los días posteriores al accidente, algunos sobrevivientes señalaron que bajo el Puente de la Concordia vivían varias personas en situación de calle, lo que refuerza la hipótesis de que la mujer del tatuaje “Laurel” podría haber formado parte de ese grupo vulnerable. Testigos aseguran que quienes se encontraban ahí fueron de los primeros en ser alcanzados por la onda expansiva y el fuego provocado por la explosión de la pipa cargada con gas LP.

El caso de esta mujer contrasta con relatos como el de Armando, sobreviviente que narró cómo su perro husky lo salvó al inquietarse momentos antes del choque de la pipa. Gracias a que salió a buscar a su mascota, logró alejarse de la zona antes de la explosión. “Yo corrí con suerte”, dijo en una entrevista, reconociendo que esa alerta le permitió conservar la vida.

En cambio, la mujer marcada por el tatuaje “Laurel” no tuvo esa oportunidad. Los médicos que la atendieron describieron que llegó con lesiones irreversibles, y aunque fue estabilizada en un inicio, su cuerpo no resistió la magnitud de las quemaduras. Al no contar con familiares que reclamaran su identidad, su historia se volvió símbolo de las víctimas invisibles, aquellas que, además de perder la vida, lo hicieron en el abandono y sin un nombre reconocido.